Quizás te sorprende la afirmación de que el tiempo no cura las heridas. De hecho, seguro que has escuchado el refrán popular que dice: «el tiempo cura las heridas» o «el tiempo lo cura todo». Es un concepto que está en nuestra mente y que directamente podemos asumir como cierto.
Pero, si realmente bastara con el tiempo: ¿por qué pasan los años y sigues sin poder olvidar a aquel exnovio que te hizo tanto daño? O ¿por qué cada vez que recuerdas tu infancia o aquel hecho traumático vivido en el pasado aún te duele?
Curar las heridas emocionales puede requerir tiempo, pero no es suficiente con dejar pasar los meses o los años. Es imprescindible aceptar los acontecimientos tal y cómo fueron para poder soltar lo que un día te hizo tanto daño.
El tiempo no cura las heridas, sólo las oculta
El tiempo no cura las heridas emocionales, sólo va poniendo distancia ante el dolor que te causaron. Es así como parece que te vas olvidando de aquello que te enfadó o entristeció tanto. Pero sólo es una apariencia, en realidad el tiempo por sí mismo pone en modo pausa tanto la escena, las emociones como los pensamientos asociados a ese hecho que te produjo tanto impacto.
Imagina que tu pareja te deja de un día para otro sin que te lo esperes o que sufres bullying en tu infancia. Dejar pasar los años no solucionan ninguno de estos dos eventos. Puede parecer que sí, porque si no los piensas es como si no estuvieran. Pero en realidad, siguen ahí, esperando ser sanadas.
Cuanto más tiempo esperes para sanar tus heridas, más traumas se van a ir acumulando en tu mochila emocional de la vida. Es así de sencillo y así de difícil a la vez. No esperes que el tiempo haga el trabajo, desinfectar la herida te toca a ti. Nadie más puede hacerlo por ti porque sólo tú has vivido esta herida que escuece tanto.
El miedo puede impedirte recordar tus heridas
A veces, el miedo a conocerte a ti mismo y a encontrar aspectos que quizás te desagradan de ti hace que no inicies tu propio autoconocimiento. El miedo o pánico a enfrentarte a tu propia sombra es tan grande que puede bloquearte a nivel emocional.
Otro aspecto que puede frenarte para sanar tus heridas, tiene que ver con el miedo a revivir lo que te hizo daño en el pasado. Como ya lo pasaste mal, no quieres volver a sentirte igual ahora. Por otro lado, es algo totalmente lógico y natural que quieras evitar el dolor.
El problema es que si evitas el dolor, este no desaparece sino que se hace más grande. Es como una bola de nieve, que se va haciendo mayor a medida que va rodando. Si dejas que el miedo te domine, no vas a poder limpiar tus heridas. Al contrario, éstas se van a infectar y enquistar más, retrasando tu sanación.
Explora lo que te duele y te atormenta
Para curar tus heridas, va a ser necesario que explores en tu interior. Hazte preguntas y recuerda lo que te dolió para poder superarlo. No hay ningún atajo ni remedio para atravesar el dolor. El dolor se supera si lo sientes, en vez de reprimir tus emociones.
Entiendo que no es fácil afrontar lo que tanto daño te hizo una vez. Pero piensa que, una vez puedes empezar a recordarlo, puedes expresar las emociones que te produjo esa herida. Así puedes vaciarte para poder llenarte de aprendizaje y tranquilidad. ¿Y si pudieras salir fortalecido de tus heridas?
Por ejemplo, sufrir bullying en la infancia hace que quizás ahora te cueste relacionarte. Si es el caso, puedes observar qué es lo que verdaderamente te hirió. Además, aceptar lo que te pasó y perdonar el daño que te hicieron puede ser una primera clave para dejar atrás todo el dolor acumulado.
Las heridas se curan con aceptación y cariño
Hemos ido viendo como el tiempo no cura las heridas, ¿qué ayuda entonces? La aceptación de los hechos tal y como fueron. No puedes cambiar tu pasado, pero sí como ves lo que has vivido. Si aceptas lo que te pasó en vez de luchar contra ello verás que tu cuerpo y tus emociones se liberan. Así podrás experimentar mayor alivio y paz contigo mismo y con tu alrededor.
Otro aspecto fundamental es el amor que te demuestres a ti mismo. Si te quieres y te aceptas tal y como eres, también va a ser más fácil que aceptes tu pasado. Por tanto, el tiempo no cura las heridas, quien te cura eres tú mismo con tu amor propio, tu cariño y aceptación de lo ocurrido.
Si necesitas alguna ayudita extra con tus heridas, aquí estamos para acompañarte a través de una sesión de psicología.