No hay una forma correcta de enfrentarse al duelo, pero sabemos que es un camino, un proceso que supone en algún momento enfrentarse al dolor de la pérdida, conectar con todas nuestras emociones (enfado, tristeza, culpa…) y dejar que fluyan. Una vez nos damos permiso para sentir nuestras emociones, y las hemos dejado fluir, es mucho más fácil perdonarnos a nosotros mismos y recordar a nuestros seres queridos con amor y cariño.
Mirar el dolor a los ojos
Llega un momento en el camino arduo del duelo, en el que tarde o temprano, tenemos que sentir el dolor de la pérdida. Aquello que hasta entonces habíamos evitado se pone enfrente nuestro. Nos vienen imágenes, recuerdos, pensamientos y proyectos que ya no van a volver más. Todo «lo que pudo ser y no fue» se nos hace presente. Pasamos de negar o evitar la pérdida, a sentirnos abrumados y desbordados por ese dolor infinito que se nos clava en el pecho, o en el estómago. Además el dolor a la pérdida se le añade el tener que vivir sin aquello que amábamos, y la desorientación que eso produce.
Para mirar el dolor a los ojos, es necesario, permitirnos llorar, lo que tengamos que llorar. Permitirnos añorar, estar tristes, y pensar en aquello que se fue. Conectar con el dolor, darnos permiso para sentir la herida que duele y que hace tanto daño…..porque el tiempo por si solo, no cura. Lo que realmente cura tiene que ver con cómo elaboramos y sentimos nosotros el duelo.
Encontrar un sentido al duelo, no es tarea fácil. Pero algunas preguntas pueden ayudarnos a tomar consciencia de lo que realmente nos duele, y esto nos ayudará a conectar con nuestras emociones de una forma más profunda y intensa.
- ¿Qué es lo que más me duele ahora mismo?
- ¿Qué es lo que más extraño?
- ¿Qué estoy sintiendo con estas lágrimas? ¿Es rabia? ¿Es dolor? ¿Es tristeza? ¿Miedo quizás?
- ¿Qué necesito expresar que todavía no he dicho?
- ¿Qué necesito agradecer que todavía no puedo?
- ¿A quién culpo de esta pérdida?
- ¿Estoy preparado para perdonarme y perdonar al otro?
No es fácil mirar hacia adentro, pero a veces nuestras lágrimas se vierten por la culpa que sentimos de no habernos podido despedir, o la necesidad de sentir que podemos perdonar al otro, o de que nos perdonen. También por la necesidad de agradecer al otro todo lo bueno que nos dio, además de que lloramos por todo lo que pudo ser y no fue con esa persona. Y es que al final, del duelo en sí, también aprendemos de nosotros mismos, y es una versión de nosotros que a veces también es difícil de asumir.
¿Qué pasa si no puedes conectar con el dolor a la pérdida?
En ocasiones nos sentimos bloqueados emocionalmente, esto puede ser por varios motivos. Por un lado, porque estemos en una fase del duelo, diferente, como puede ser la negación. Esto implica que todavía no habremos asimilado que nuestro ser querido se ha ido y no va a volver más, y puede llevar un tiempo hasta que tu cerebro entienda que ha ocurrido la pérdida. Las fases del duelo, incluyen, la negación, el enfado, la tristeza y la aceptación.
Por otro lado también puede ser, que haya asuntos no resueltos o pendientes con la persona que estén dificultando conectar con la emoción. Puede ser que no nos despidieramos de esa persona, que haya sentimientos de culpa que no nos dejan avanzar en el proceso de duelo. Es por esto, que vamos a necesitar resolver estos asuntos pendientes para poder seguir adelante.
¿Qué quiere decir darte permiso?
Darnos permiso tiene que ver con permitirnos sentir todo lo que nuestro cuerpo nos pide. Expresar nos ayuda a sanarnos, a limpiarnos y a gestionar todo aquello que hasta entonces no hemos podido asumir para poder integrarlo y aceptarlo. A veces, es necesario algo de ayuda y de contención, porque el expresar se nos viene grande. Darnos permiso, también tiene que ver con reconocer que no siempre podemos solos y que necesitamos un poco de ayuda. Hay veces que participar en grupos de apoyo al duelo, o apoyarnos en personas de confianza, nos va ayudar a poder expresar mejor lo que sentimos.
La escritura, el dibujo, o los rituales son buenas maneras para facilitar el darnos permiso a sentir todas nuestras emociones. En algunos casos será necesario un acompañamiento psicológico para expresar y compartir aquello que sentimos y que no hemos terminado de elaborar. Además de que el proceso terapéutico nos proporcionará herramientas y un entendimiento más profundo del proceso que estamos viviendo.
En definitiva. si queremos superar el duelo, no valen atajos, ni evitaciones sino que es necesario atravesar todo el camino del duelo para poder aceptar lo que estamos viviendo.
Hola me ha gustado lo que has escrito y me sirve en estos momentos para aclarar mis pensamientos ya que estoy pasando por el duelo de la perdida de mi padre y la verdad me ayuda mucho leer tu blog GRACIAS !!!
Gracias a ti Daniela por leernos. Me alegro que te sirva.¡un abrazo!