Llegan las fiestas. Llegan las aglomeraciones, los preparativos, las cenas de navidad y las reuniones familiares. Para mucha gente esta es una época feliz y agradable. Para otras personas es la peor época del año. ¿Por qué? A muchas personas les invade la nostalgia, la tristeza y la ansiedad cuando piensan en enfrentarse a las navidades. Si te sientes identificado, puede ser que hayas perdido a un ser querido, puede ser que te agobie tener a la familia cerca, o puede ser que quieras que todo sea perfecto y esto te genere una ansiedad intensa, entre otros motivos. Vamos a ver en qué consiste la ansiedad y nostalgia navideña y cómo superarla.
La ansiedad es una reacción automática que tenemos cuando estamos frente a una amenaza real o imaginada y nos prepara para enfrentarnos a ella. Su función es la de movilizar nuestro organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas que nos podamos encontrar, de forma que no se produzcan o se minimicen al máximo sus riesgos. Nos activamos a nivel fisiológico, nuestro corazón se acelera y pensamos más deprisa para tener más recursos que nos permitan actuar en un momento determinado de alerta.
La ansiedad se da en todas las personas, es normal y adaptativa. Es una manera que tiene nuestro cuerpo de protegernos ante una posible peligro, y nos empuja a tomar medidas cómo pueden ser ( huir, paralizarnos, atacar…)
Si nos conocemos bien, y conocemos nuestro cuerpo rápidamente vamos a conectar con lo que nos provoca la ansiedad. El problema viene cuando no somos capaces de ver qué nos provoca esta ansiedad o sentimos que no tenemos los recursos para afrontarla.
La ansiedad en muchas ocasiones se relaciona con el miedo y el estrés ante determinadas situaciones. Pero también se puede dar en situaciones traumáticas que hemos vivido funcionando así como un mecanismo de defensa que nos permite asimilar lo ocurrido. Además la ansiedad también puede estar presente en el duelo cómo una forma protección ante la pérdida. Al final la ansiedad es lo primero que se muestra, es la punta del iceberg. Hay que ver en cada caso qué hay debajo. Suele ser la emoción que tapa otras emociones cómo pueden ser la tristeza, la rabia, el miedo o la culpa.
Entonces podemos hablar de dos tipos de ansiedad. Una ansiedad sana que nos protege de una posible amenaza, por ejemplo: si estoy preparando una comida familiar en navidad va a ser bueno que esté un poco activada porque me ayuda a movilizarme y no quedarme en el sofá sin hacer la comida.
Luego tenemos una ansiedad más patológica que en vez de servirnos para nuestra vida lo que hace es paralizarnos, nos hace más infelices, nos provoca miedo al miedo, y no nos deja realizar nuestra vida diaria. Digamos que nos altera nuestro día a día. Una ansiedad poco sana nos va a paralizar cuando la sentimos, nos va a dejar fuera de juego, en el sentido de que no vamos a saber qué hacer con ella. Por ejemplo, en el contexto de las fiestas, puede ser que la ansiedad por que salga todo perfecto me deje sin habla, me impida relacionarme, me bloquee incluso me llegue a irritar.
La persona ansiosa suele vivir entre el pasado y el futuro. Se culpa por lo que sucedió y anticipa lo que podría suceder y todavía no ha sucedido. Normalmente se piensa en lo peor que podría ocurrir, y constantemente la persona se recrea en eso.
¿Qué síntomas tiene entonces la ansiedad?
Nervios
Tensión
Palpitaciones
Apretar las mandíbulas
Respiración rápida
Dolor en el pecho
Temblores
Sudoración en exceso
Insomnio
Mareos o sofocos
Falta de aire o sensación de ahogo
Sensación de falta de control entre otros.
Más irritabilidad entre otros.
¿Cuál se supone que es un nivel razonable de ansiedad para estas navidades?
Un nivel que nos mantenga activos y proactivos y que nos impulse hacia la acción siempre que lo necesitemos. Por ejemplo, estar un poco activado y pensar más rápido me va a venir bien para organizarme y planificar a qué cenas voy a ir y qué recados quiero hacer. Ahora, si me paso de vueltas se va a convertir en un estrés innecesario.
¿Por qué hay personas que sufren más en navidad?
Las reuniones familiares, las comidas de empresa, las compras y las ausencias familiares aumentan el estrés y la ansiedad en navidad y en las fiestas. La navidad nos conecta con todo tipo de pérdidas, puede hacernos revivir peleas familiares, conflictos no resueltos, hacer más presente nuestra soledad, darnos cuenta de lo que hemos perdido, etc.
La ansiedad se puede magnificar en estas fechas. Al condensar todo en una semana, esto puede generar un estrés muy grande, una sensación de pérdida de control y de incertidumbre. En algunos cosas, se pueden potenciar los ataques de pánico y las fobias más específicas, como por ejemplo, miedo a comer en público, entre otras muchas.
Las personas que tienen fobia social también lo pueden pasar mal en estas fechas, porque van a tener que interactuar con desconocidos, o familiares lejanos con más frecuencia. Puede aumentar la sensación de hacer el ridículo, sentirse rechazados, juzgados o humillados o no saber gestionar reuniones que les incomodan.
¿Por qué hay personas que están tristes y con nostalgia en navidad?
Hay personas que la navidad les provoca tristeza, melancolía y nostalgia. Añoran épocas mejores, familiares o personas significativas que han perdido, familiares que han emigrado, etc. Puede ser que todavía estés en duelo por la pérdida de un ser querido. O que, aunque el duelo ya pasó, aún no hayas superado las fechas de navidad y las vivas como dolorosas e difíciles. Popularmente lo llaman “la depresión blanca”.
Puede ser que no puedas dejar de pensar en esa persona que ya no está en tu vida. Te pueden molestar todo tipo de decoraciones y celebraciones. Mucho antes de que lleguen las fechas ya empiezas a temerlas. Ahí empieza tu ansiedad y nostalgia por lo que pudo ser y no fue.
Evitar las situaciones de celebración no resuelve el dolor, lo aumenta hace crecer con el tiempo. Algunas familias que han optado por no celebrar fiestas, el año siguiente normalmente lo pasan aún peor.
¿Qué hacer ante la tristeza y nostalgia por la pérdida o ausencia de un ser querido?
Dar espacio a la tristeza va a ser fundamental, pero también intentar no quedarse enganchado a ella.
Muchas veces conviene hacer una reunión familiar previa a las fechas señaladas para “ensayar” y ver cómo se siente cada uno ante la ausencia del ser querido. Es importante que cada miembro de la familia puede expresar cómo se siente respecto a las celebraciones y qué quiere hacer al respecto. Podéis repasar los rituales habituales que hacías en la familia, por ejemplo, poner el belén y el árbol, y ver si queréis modificar alguno de tal forma, que estéis más cómodos.
Buscad una manera simbólica y bonita de recordar a la persona ausente o fallecida a lo largo de las fechas. Por ejemplo, poniendo una silla para él en la mesa, o poniendo su foto en un lugar visible, o poniendo una figura en el belén que simbolice a esta persona…
¿Cómo afrontar la ansiedad en navidad?
Acepta la ansiedad : Intenta no juzgarla ni luchar contra ella, date cuenta de lo que te está provocando esta ansiedad aquí y ahora. Qué mensaje te está transmitiendo tu ansiedad. De qué te está protegiendo.
Aprende a ir más despacio en navidad: Evita colas y aglomeraciones, planifica tus compras de regalos y comida. No dejes las cosas para última hora.
Realiza algún ejercicio físico que te ayude a descargar tensiones. Vete a correr, a patinar, al gimnasio, a hacer pilates o yoga. Haz algo que te apetezca.
Cuando veas que estás comiendo con ansiedad, fíjate en qué te estás tragando. Frustración, palabras no dichas, miedos. La ansiedad por la comida nos sirve como refugio poco sano donde acudir. Prueba de comer lentamente, saborear la comida, masticar mucho antes de tragar e identificar las señales cuando estamos llenos.
No le hagas demasiado caso a tus pensamientos. Cuestiónalos si no te están haciendo sentir bien.
Reserva una hora al día para ti, para cuidarte y descansar.
Aprende a relajarte y respirar. Algo que te puede ayudar son la meditación, el mindfulness, o yoga.
Aprende a expresar tus sentimientos y a ser asertivo no hace falta que vayas a todas las reuniones familiares si no quieres. Dosifícate.
Ajusta tus expectativas no todo va a salir perfecto. Cuanto antes lo asumas mejor te sentirás. Permite el error, también en navidad.
No idealices las navidades trata de pisar con los pies en el suelo.
Céntrate en agradecer todo lo que tienes en vez de lamentarte por lo que te falta.
No te sobrecargues de responsabilidades. Intenta pedir ayuda y delegar cuando necesites.
Aprovecha para quedar con amigos y gente que hace tiempo que no ves.
¿Y qué pasa con los conflictos familiares?
Fomenta la comunicación asertiva. Expresa lo que sientes sin ofender al otro.
No existe la perfección tampoco en la familia. Ni tu eres perfecto ni tu familia tampoco lo es. Trata de aceptar a los miembros de tu familia tal y cómo son.
Disfruta de los pequeños momentos en familia, céntrate en lo que tienes en común y no en lo que os separa.
No compares tu familia con otra, cada una tiene sus cosas. Ninguna es mejor que otra.
Pon límites, respeta tus necesidades. Mira qué te apetece y que no te apetece hacer.
Respeta la relación de tu pareja con su familia. También si estás separado, la relación de tus hijos con tu ex pareja.