Hay personas que tienen dificultad para identificar sus emociones y expresarlas a los demás. La alexitimia es una característica común en parte de la población que afecta en el momento de percibir y describir sus emociones. Puede ser causada por una falta de aprendizaje emocional en la infancia o por una lesión cerebral posterior. Identificar si eres candidato a padecer alexitimia y empezar a tratarla va a ser esencial para mejorar tu calidad y bienestar emocional.
Etimológicamente la palabra Alexitimia quiere decir literalmente “falta de palabras para los afectos” . Este concepto se usa para definir a personas que no han aprendido a identificar sus emociones o han dejado de saber cómo describirlas o nombrarlas a causa de un accidente, trauma sufrido o trastorno mental.
Un ejemplo práctico: El caso de Marta
Marta ( es un pseudónimo, ya que no revelamos los nombres de las personas que pasan por nuestras consultas) llega a terapia muy frustrada y cansada. No sabe bien lo que le pasa. Comenta que su pareja se queja de que ella es muy fría y nunca expresa su afecto hacia él. Trabaja en una empresa, donde le va muy bien, y saca mucho trabajo adelante.
Se define como una persona muy organizada y que cumple con sus obligaciones y objetivos. No tiene muchos amigos, y con los más cercanos, le cuesta abrirse y expresar lo que siente. Ella sabe que está bien o mal, porque tiene muchos síntomas físicos; dolores de estómago, dolores de cabeza, tensión o dificultades para dormir. Expresa que no puede sentir nada, que se siente vacía de emociones, cuando habla.
El caso de Marta es la historia de un porcentaje muy alto de personas, que por sus vivencias familiares, por las experiencias de vida o traumas pasados bloquean la percepción emocional, y por tanto, también pueden tener dificultades o ser incapaces de expresar lo que sienten. Ya sea la emoción de enfado, miedo, tristeza o alegría.
Cómo saber si tienes alexitimia
La alexitimia tiene algunos síntomas comunes para las personas que la sufren, aunque no todos lo van a vivir con la misma intensidad.
Quizás te pasa a ti o conoces a alguien que reconozcas ante estas características.
- Hay una incapacidad para identificar y expresar las emociones propias. Por ejemplo, no darte cuenta si estás triste o contento cuando sabes que te acaban de dar la noticia de que vas a irte de viaje, ni poder expresar ningún estado emocional que concuerde con la situación que estás viviendo.
- Hay una dificultad clara para reconocer sensaciones físicas asociadas a estas emociones. Por ejemplo, puedes notar que te duele la mandíbula pero no puedes sentir que estás enfadado o tenso. O puedes notar que te ruborizas pero, no sentir que estás pasando vergüenza.
- Les cuesta reconocer la vida interior que tienen dentro y tienen dificultades para imaginar o fantasear con conceptos abstractos. Por lo general, es más fácil pensar en cosas literales. Por ejemplo, te puede ser muy difícil imaginarte de aquí 3 años , visualizar imágenes o situaciones.
- Cuando explican anécdotas o historias no hay contenido emocional. Por ejemplo, puedes explicar qué te ha pasado en el trabajo pero no le vas a saber añadir cómo te sentías o qué emociones experimentaban los demás.
- Pueden ser personas que les cueste comunicarse, rígidas a nivel corporal y muy prácticas. Por ejemplo, puede ser que seas muy bueno en pensar en problemas concretos y cómo resolverlos pero que por otro lado, no tengas ni idea de cómo te sientes cuando terminas de hacer todo lo que tenías planificado.
- Pueden tener falta de empatía y dificultades para relacionarse con la gente. El hecho de no asociar emociones con sensaciones corporales interfiere en la vida de las personas hasta el punto llegar a tener dificultades en las relaciones sociales. Por ejemplo, si un amigo te cuenta una mala noticia y no puedes imaginarte lo que está sintiendo, esto puede dificultar la relación.
Cuáles son las causas de la alexitimia
Aunque todos podemos padecer alexitimia en la infancia, porque estamos aprendiendo a diferenciar qué sensaciones físicas se asocian a las emociones, esta tiende a desaparecer a medida que vamos madurando a nivel emocional y vamos adquiriendo un aprendizaje educativo, social y cultural.
El concepto de alexitimia se divide en dos tipos:
Alexitimia primaria: Surge por una alteración neurológica a nivel cerebral. Pueden ser casos de nacimiento, o debido a ictus o otras alteraciones neurobiológicas.
Alexitimia secundaria: Surge a partir de diferentes situaciones traumáticas que las personas pueden ir experimentando a lo largo de su vida. La alexitimia puede aparecer en los primeros años de vida. Si el niño no aprende a asociar lo que le pasa en su cuerpo con el concepto de emociones no va a saber poner nombre a lo que le pasa, y por tanto, no va a saber describirlo ni comunicarlo.
En la alexitimia secundaria también se puede dar en diferentes trastornos como por ejemplo: ansiedad, depresión, después de accidentes de tráfico, o un impacto importante para la persona.
Cómo superar la alexitimia
El tratamiento para la alexitimia consiste en empezar a asociar las sensaciones físicas que experimentas con el nombre de las emociones. Esto va a ser fundamental para dar voz a tus sentimientos y ampliar tu vocabulario emocional.
El primer paso es empezar a informarte de cómo funcionan las emociones, y qué sensaciones físicas se le atribuyen a cada una de ellas para que posteriormente puedas ir asociado lo que percibes en tu cuerpo con el nombre de cada emoción.
Por ejemplo, si percibes que tienes un nudo en la garganta, es posible que se asocie al miedo o la tristeza. Imagina que sientes tensión en tus manos o mandíbulas puede ser que estés experimentando rabia o enfado.
Otra opción es ir preguntando a las personas que te rodean cuando tengas dudas, e ir practicando abriéndote a vivir tus sensaciones físicas aunque no las entiendas mucho. Cuando estas desconectado de tus emociones, te pierdes la oportunidad de vivir las cosas con intensidad, además de poder conectar con los sentimientos de otras personas.
Por último, si ves que tu grado de alexitimia es muy elevado, te recomendamos que busques ayuda. Ponte en manos de un profesional de la psicología que te ayude a empezar a conectar con tus emociones por primera o segunda vez, según sea tu caso. Contáctanos a través de nuestro formulario y te resolveremos cualquier duda o pregunta que tengas.