Resulta evidente que el único momento que realmente existe es el instante presente, el aquí y ahora. El momento que existe es éste mientras lees éste artículo, luego existirá otro, siempre en presente. El pasado ya pasó y fue presente en su momento, Así mismo, el futuro es fantasía. El futuro todavía no ha llegado.
Aunque esta afirmación puede parecernos bastante obvia, en nuestra vida cotidiana a veces actuamos como si lo ignorásemos del todo. En general, vivimos nuestro día a día ocupando nuestra mente con cuestiones referentes al pasado y al futuro. Consecuentemente, el presente queda relegado a un segundo plano.
¿Porqué nos cuesta tanto vivir el momento presente?
Toda experiencia se realiza en el presente, aún así curiosamente nos han enseñado a estar más preocupados por el pasado y el futuro y hemos aprendido que son más importantes que el presente.
«Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora.»
-John Lennon-
Puede ser que el presente nos resulte demasiado cotidiano y aburrido para darle la importancia que se merece. Evidentemente, la planificación del futuro es algo necesario en nuestra vida práctica, pero si ponéis atención os daréis cuenta de que la inmensa mayoría de nuestros pensamientos sobre el pasado y el futuro no tienen ninguna utilidad real e incluso a menudo nos resultan bastante perturbadores.
Por un lado, el pasado suele ofrecernos un tentador colchón sobre el que construir nuestro ego o identidad: yo soy de tal o cual manera en función de las experiencias que he vivido anteriormente a nivel familiar, laboral, emocional…Hay gente que tiene tendencia a vivir en el pasado a través de los recuerdos. Y ahí se quedan anclados, reviviendo una y otra vez esos recuerdos.
Pueden ser hechos o recuerdos, de su infancia, de su expareja, de su familia, de un hecho traumático que tuvieron de pequeños, no importa el contenido, lo que importa es que, es un lugar cómodo para estar porque es conocido. Aunque los recuerdos, o el pasado no sea agradable, mucha gente elige consciente o inconscientemente quedarse en el pasado.
Por otro lado, el futuro, es el lugar donde se instalan nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras fantasías y nuestras expectativas de cómo será nuestra vida el día de mañana. Quizás quiero ser escritor, o montar una empresa, o ser jardinero, tener una famila, un trabajo perfecto,o incluso ser feliz.
El futuro no ha llegado, ni llegará nunca, porque el futuro, siempre es presente. Si queremos que hayan cambios en nuestra vida, es necesario que los hagamos desde el presente, solo podemos coger las riendas de nuestra vida desde el momento presente. El pasado y el futuro no son reales ahora. Lo único real y auténtico es el presente.
¿Cuál es el primer paso para vivir más en el presente?
La llave que nos abre a la puerta del presente, es la atención. Mejor dicho, tu atención, hacia dentro, hacia ti mismo, poner consciencia de lo que sientes, piensas y de tu cuerpo. Parate un momento y respira para tomar conciencia de las sensaciones que llegan a tu cuerpo, las emociones que te acompañan en este momento, y los pensamientos que asoman en tu cabeza.
Empieza siendo consciente de cuando tu mente escapa del ahora: en un primer momento sólo es necesario que pongas atención. No intentes forzar el cambio, ni te exijas cuando te descubras escapando o resistiéndote al momento presente: sólo date cuenta.
Lo que puede parecer realmente sencillo, resulta en ocasiones una aventura hacia lo desconocido, . Sin embargo, muy pocas veces existe una verdadera incapacidad para contactar con el cuerpo, la emoción y el pensamiento que transcurren en el presente.
Estar aquí y ahora, con lo que te gusta y con lo que te duele, es una buena forma de empezar a VIVIR. SI quieres aprender a estar en el aquí y ahora, suscríbete en nuestro boletín de correo y llévate un audio gratis de mindfulness para gestionar tus emociones.