Satisfacer las necesidades propias en ocasiones es una tarea difícil. ¿Te has parado a pensar alguna vez si las necesidades que has cubierto eran propias o ajenas? Muchas veces, damos por sentado que necesitamos algo pero en realidad, no estamos escuchando a nuestro interior sino que escuchamos las opiniones de los demás y las tomamos como propias. Nadie nos ha enseñado a escuchar a nuestro interior. Al contrario, se nos invita a olvidarnos de nuestras necesidades y emociones tirando para adelante al precio que sea.
Es más fácil satisfacer las necesidades ajenas que las propias
Satisfacer las necesidades de uno mismo no es tarea fácil, de hecho nadie nos enseña normalmente a hacerlo. De hecho, es más fácil dejarse guiar por los mandatos familiares y sociales que realmente parar a escuchar lo que realmente queremos.Tendemos a satisfacer las expectativas de los demás antes que las nuestras sin darnos cuenta.
Intentamos buscar fuera una respuesta que está dentro de nosotros. A veces, esto pasa porque seguimos mandatos o patrones que nos vienen desde lejos; por una historia familiar, por una tradición, por una frustración pasada, por un aprendizaje emocional…
Por ejemplo, me refiero a aquel joven que ha estudiado “Economía” porque su padre así lo quería, me refiero a esa niña que está apuntada a “Ballet” porque así lo quiere su abuela… Estoy pensando también en ese amigo soltero que no se valora y espera a que otra persona lo haga, también pienso en esa señora que le gustaría aprender cocina, pero su marido no quiere que lo haga…
“Un hombre que no encuentra satisfacción en sí mismo la buscará en vano en otras partes»
– La Rochefoucauld –
Nadie nos ha enseñado a satisfacer las necesidades propias
Es muy fácil caer en la inercia de complacer a los demás. Se nos enseña a nivel social a ayudar, y está muy bien. ¿Pero, no deberíamos ayudarnos a nosotros primero? En todos estos casos la base para empezar a satisfacer las necesidades propias es la misma, escucharse a uno mismo.
Esto también nos puede ocurrir sin implicar a nadie directamente. Por ejemplo, imagina que eres una persona que con los años has incorporado en tu rutina un funcionamiento “non-stop” que no te permite estar tranquilo ni cuando crees que lo estás.
“-Una persona no puede estar cómoda sin su propia aprobación. «
-Mark Twain-
Quizás eres una persona que continuamente necesita estar ocupada, estás en mil cosas a la vez: poniendo la lavadora, mientras haces la comida para la semana, mientras limpias el baño…y cuando estás relajado viendo una película en el sofá rara vez consigues centrarte y si te das cuenta estás viendo la película, mientras también revisas el móvil y mientras piensas en otros asuntos…
¿Cómo puedes empezar a satisfacer las necesidades propias?
Vamos a ver algunas claves para que puedas empezar a satisfacer las necesidades propias que te pueden ir viniendo en tu día a día.
- Conociéndote: Si te conoces bien, sabrás escucharte mejor. Si sabes que no te gustan las películas de miedo podrás aceptar tus preferencias y decir que no, sin pasar un mal rato.
- Tomando tus propias decisiones: Imagina que tienes que elegir entre dos ofertas de trabajo en las que te han seleccionado como candidato. En vez de preguntar referencias a otros compañeros de profesión, a familiares o a tus amigos, escucha lo que tú quieres hacer.
- Realizando actividades que te hagan sentir bien: Si has hecho actividades de las que no has estado convencido por hacer sentir bien a otro, se acabó; toca hacer cosas para ti mismo. Apúntate a ese taller que siempre has querido, prueba ese baile del que te han hablado…
- Ocupándote de ti: En vez de ocupar tu agenda, ocúpate de ti. Piensa en aquello que puedes hacer por ti, que no dependa de nadie más. ¿Cuándo fue la última vez que te cuidaste?
- Reconociendo tu vacío: Si cumples la expectativa de los demás puede que sea por miedo al rechazo, a perder su amistad… Intenta darte cuenta de lo que estás llenando en ese momento. Quizá estás ocupando tu tiempo con distintas actividades por no pensar en el malestar que sientes últimamente. Puede ser que estés cubriendo la necesidad del otro por no escuchar la tuya.
- Estando en silencio: Para estar contigo mismo y escucharte necesitas estar en silencio. Eso significa poder darle al stop de tu piloto automático. Significa parar de anotar tareas en la agenda. Toma la iniciativa de andar sin llegar a ningún destino concreto, pintar un mandala, escuchar una canción, leer un libro, tomar un café en compañía…
Para terminar, no te olvides que solo tú puedes satisfacer tus necesidades más profundas
Lo que necesitas es conocerte para saber escucharte y complacerte a ti mismo, identificar tus deseos y ajustar tus expectativas. Es importante que te alejes de las valoraciones ajenas y tengas suficiente con tu propia opinión, que es la que realmente vale para conectar con tus necesidades.
Si eliges algo que hace feliz a otro, tu felicidad no dependerá de ti. Para que eso no ocurra debes pensar en ti, respetando a los demás, pero sin olvidarte de ti.
Si quieres que te ayudemos a conectar con tus necesidades y estás en Barcelona, Granollers o Mataró. Te podemos ayudar a través de la terapia psicológica. También atendemos a través de videollamada. Contacta con nosotros y resolveremos cualquier duda que tengas.