Las personas tóxicas pueden llegar a tener un impacto negativo significativo en la vida de los individuos, siendo posible encontrarlas en todos los ámbitos de la vida, como el trabajo, los círculos de amigos e incluso en la familia íntima. Es importante que podamos reconocer el perfil de persona tóxica común para establecer límites sanos con los cuales resguardar nuestra propia salud sentimental, física y mental, y de esto es de lo que hablaremos hoy.
¿Qué es una persona tóxica?
Desde la psicología se denominan personas tóxicas a aquellos individuos cuyo comportamiento es desgastante para el estado emocional de los demás y que, con sus palabras o acciones, drenan la energía y la felicidad de quienes están a su alrededor.
Una persona tóxica suele ser egoísta, manipuladora, sinceramente hiriente y controladora, aunque se debe recordar siempre que cada ser humano es único en sus conductas, ya que pasa por experiencias individuales irrepetibles que, además, interpreta según su propia configuración mental, por lo que podremos encontrarnos con muchos tipos de personas tóxicas que no siempre encajan en un patrón definido.
¿Cualquier persona puede llegar a ser tóxica?
Cualquier persona puede llegar a ser tóxica para otra en determinado momento o etapa de su vida, aunque esto no quiere decir que lo sea en general o tenga esa misma tendencia hacia todas sus relaciones.
En el análisis de este patrón encajan conductas aprendidas, traumas o procesos psico emocionales que no han madurado a tiempo y que pueden provocar que, hasta cierto punto, una persona tenga comportamientos tóxicos hacia una pareja, hacia los hijos, hacia los padres, hacia los compañeros de trabajo e incluso hacia los amigos.
Ahora, por lo general, cuando hablamos de una persona tóxica nos referimos usualmente a alguien que tiene una tendencia definida a provocar el malestar y la agitación emocional en otros, que lo repiten con frecuencia y que se resisten a aceptar o a cambiar estos patrones de conducta.
Hablamos de personas cuyos comportamientos negativos, enquistados en su personalidad, les hacen muy complejo ser diferentes a lo que son, por lo que no es algo transitorio.
Es decir, las personas tóxicas como tal no existen. Lo que existen son conductas tóxicas que hace que las personas, puedan tener esos comportamientos y que se le denomine de esa manera.
¿Cómo identificar a una persona tóxica?: síntomas comunes
A continuación, veremos algunas señales que pueden indicar comúnmente que alguien es una persona tóxica. En todo caso, recordemos que no hay absolutos en este tema, por lo que estos “síntomas” podrían no presentarse todos juntos o estar incidiendo en una persona de manera más o menos intensa. Dicho esto, a la hora de identificar a una persona tóxica, debemos estar atentos a rasgos como:
Ausencia de empatía
Las personas tóxicas usualmente tienden a mostrar muy poca o ninguna empatía hacia las personas en su entorno. Asumen la postura de que, si los demás son infelices, se deprimen o estresan por lo que hacen o dicen, es culpa del otro y no de ellos, continuando con sus vidas con normalidad a pesar de haber lastimado a alguien.
Manipulación
Las personas tóxicas son extremadamente manipuladoras con su entorno. Se apañan de las tergiversaciones, medias verdades, hemeroteca y algunas veces de mentiras para salir bien librados de cada situación, haciendo que la carga emocional de las discusiones y problemas caiga en los demás.
Victimización
Las personas tóxicas suelen ser victimistas. Se dibujan a sí mismas como personas buenas y bondadosas, mientras que al mismo tiempo crean situaciones de tensión de las cuales puedan resultar “atacadas” para así poder seguir aprovechándose de su papel de víctima para humillar, hacer sentir culpable a los demás y conseguir la empatía de los terceros.
Usualmente, crean problemas de conflicto a su alrededor para poder nutrirse de la lástima de los demás.
Negatividad
Un rasgo muy característico de las personas tóxicas es su negatividad ante cualquier situación, lo que puede llevar a que su círculo cercano se marchite, se estrese y comiencen a ver el panorama a su alrededor de manera negativa y pesimista como ellos. Suelen evidenciar y exagerar los problemas a su alrededor sin aportar soluciones, incentivando a que otros opinen de manera negativa y entren en el juego.
Control sobre los demás
Las personas tóxicas tienden a ejercer un control excesivo sobre los demás, controlando lo que hacen, a dónde van, con quién se ven, qué se está hablando a sus espaldas… llegando a arremeter contra aquellos que no hacen las cosas como a ellos les gustaría. Esto les impulsa a ser usualmente celosos en sus relaciones amorosas y asfixiantes como padres y amigos.
En su círculo cercano imponen sus ideas, amenazando sutilmente con acciones o palabras la tranquilidad si los demás no acceden a hacer lo que quieren.
Actúan desde el ego
Las personas tóxicas suelen tener una imagen distorsionada de sí mismas y la defienden de manera agresiva. Suelen estar a la defensiva ante las críticas y, en el momento en el que se sienten ofendidos, despliegan sus herramientas de manipulación antes de hacer autorreflexión sobre sus propios actos.
Drama
Alrededor de las personas con un perfil tóxico se suelen generar una serie de dramas dignos de una telenovela. Son esa clase de individuos alrededor de los cuales suele haber chismes, disputas laborales o familiares, riñas, llanto o algún acontecimiento inminente que amenace con destruir la paz.
Crítica
Las personas tóxicas suelen ser incapaces de emitir críticas constructivas, en cambio, aprovechan todas las oportunidades que tienen para exagerar los defectos de los demás, intentando minar la seguridad y la autoestima de quienes están alrededor.
¿Qué hacer o cómo lidiar con una persona tóxica?
La mejor estrategia para lidiar con una persona tóxica es cortar relaciones directamente hasta una distancia que sea sana y donde su influencia no resulte un perjuicio para tu estabilidad emocional. El problema es que esto no siempre es posible debido al nivel de relación, ya que no es lo mismo tratar con un padre o pareja tóxica que con un amigo o compañero de trabajo.
En líneas generales, puedes tener en cuenta estas recomendaciones en caso de que el contacto cero sea imposible:
- Aprende a establecer límites claros. Esto no quiere decir que tengas que imponerte de manera violenta o agresiva, todo lo contrario. Simplemente entiende que, en gran medida, tú tienes el control en cuanto al nivel de acceso que le permites a los demás, por lo que puedes poner un alto de manera asertiva sobre tu vida íntima, sobre lo que le cuentas a esta persona tóxica y sobre lo que te permites debatir.
- Si no puedes evitar el enfrentamiento, usa un diálogo asertivo, enfócate en los hechos y no asumas detalles como su intención o tus sentimientos, ya que los usará en tu contra para voltear la situación y volverla un conflicto.
- Relativizar el comportamiento también es importante. Entiende que una persona tóxica es producto de muchos factores como sus traumas y sus carencias psicológicas, por lo que sus actitudes no tienen que ver contigo. No lo tomes personal y busca una distancia segura.
- Aplica el autocuidado constante, monitorizando tu estado de ánimo, autoestima y diálogo interno para poder entender el momento en el que necesitas una desconexión de esa persona.
- Busca apoyo en familiares, amigos y profesionales de la salud que puedan darte una perspectiva completa de la situación.
- No uses la venganza u otros métodos confrontativos directos, ya que estas personas se nutren del drama y la frustración de los demás, por lo que estarías entrando en su terreno.
Finalmente, el mayor consejo que podemos darte es que busques el apoyo de un profesional en el momento en que las conductas de estas personas tóxicas que se encuentran a tu alrededor parecen normalizarse, ya que es común que estos usen excusas para hacer que su comportamiento tóxico se perpetúe en el tiempo, muchas veces haciéndote creer que te mereces sus malos tratos, sus desprecios y todas las sensaciones negativas que vienen del contacto con estos individuos.