Hoy te contamos lo que es, sus síntomas y cómo gestionarlo
Un bloqueo emocional es un estado mental que puede afectar de manera significativa la vida diaria de las personas tras enfrentarse a un evento traumático, experimentan altos niveles de estrés sostenidos en el tiempo, que surge espontáneamente a raíz de un trauma, durante un evento depresivo y otras cuestiones más profundas. Por esta razón, es fundamental que conozcamos en qué consisten estas barreras emocionales, cómo identificarlas y gestionarlas.
¿Qué es un bloqueo emocional?
Un bloqueo emocional es un proceso psicológico automático, usualmente entendido como un mecanismo de defensa, que tiene como objetivo principal evitar que el individuo se enfrente a emociones o eventos que superan su umbral de dolor y que de cierta manera abruman su capacidad de procesamiento.
Este mecanismo puede activarse de manera consciente o inconsciente, privando total o parcialmente al individuo de su capacidad para procesar y expresar sus propias emociones.
La complejidad de las barreras emocionales dependerá de muchos factores, como el nivel del trauma o las herramientas psico emocionales de las que disponga la persona para autorregularse.
Sin embargo, algunos bloqueos emocionales pueden llegar a afectar de profunda la vida diaria de las personas y requieren con frecuencia la asistencia profesional o, al menos, un trabajo introspectivo profundo y serio.
¿Cuáles son las causas de un bloqueo emocional?
Los bloqueos emocionales pueden surgir por muchísimas causas, casi siempre asociadas a eventos traumáticos recientes o sucesos dolorosos enquistados desde la niñez que, a través de algún detonante aparentemente pequeño, salen a la luz. La realidad es que no hay una respuesta única para todos.
Algunas personas pueden acudir a terapia por un bloqueo emocional luego de enfrentarse a jornadas de trabajo imposibles, por ejemplo.
Lo que sí es común en la mayoría de los casos es que el bloqueo mental surja como una respuesta de la psique para evitar en el individuo un impacto que pueda dejarlo potencialmente fuera de juego.
Después de todo, el cerebro no quiere que determinados sucesos nos hagan perder la capacidad de sobrevivir en los entornos hostiles, por lo que, en respuesta, puede llegar a privarnos de esas emociones hasta que estemos preparados para afrontarlas.
Aunque esto pueda sonar muy bueno en concepto, la realidad es que un bloqueo de emociones puede llegar a ser un problema de salud mental, sobre todo si se extiende en el tiempo.
En todo caso, cada circunstancia es única y será la visión del experto tratante la que ayude a determinar las causas reales del bloqueo y, por ende, la mejor forma de tratarlo para aliviar el malestar sin terminar abrumado por el trauma y las emociones ligadas a él.
Síntomas de un bloqueo emocional
No todas las personas experimentan los bloqueos emocionales de igual manera, por lo que es complejo citar una serie de síntomas que valgan para todos. Sin embargo, es bastante frecuente que los bloqueos emocionales vengan acompañados o expresados con los siguientes síntomas, aunque no necesariamente todos justos y con la misma intensidad:
Desconexión
El síntoma más frecuente de los bloqueos emocionales es la sensación de desconexión, tanto interna (con nuestra propia voz interior) como externa (con las situaciones y personas que nos rodean). Muchas veces se describe como la imposibilidad de sentir lo que creemos que deberíamos estar sintiendo en determinadas circunstancias.
La desconexión durante un bloqueo personal nos hace muy difícil acompañar las emociones y llevarlas a la realidad.
Emociones amortiguadas
Otro síntoma bastante frecuente de los bloqueos emocionales es el entumecimiento emocional, que no es más que un estado en el que realmente sentimos las emociones correctas que se esperarían luego de una determinada experiencia, pero estas se describen como opacas, tenues o amortiguadas.
Haciendo una analogía, sería como escuchar una melodía debajo del agua. Podemos oír, efectivamente, pero no de manera nítida, clara o coherente.
En casos más graves, este entumecimiento puede llegar a progresar, hasta el punto en el que la persona deja de sentir por completo ninguna emoción, ni buena ni mala.
Evasión emocional
Puede darse el caso de que algunas personas con bloqueos emocionales parezcan estar relativamente bien; sin embargo, evitan situaciones, personas y conversaciones que les hacen activar emociones fuertes de manera reiterativa e incluso inconsciente, dificultando su correcto desenvolvimiento en el trabajo, con su pareja, familia, amigos…
Esto se suele describir como una tendencia a procrastinar, dejar tareas que antes hacíamos y que ahora relacionamos inconscientemente con el trauma o simplemente cambiar compulsivamente de tema de conversación al acercarse al objeto psicológico de dolor.
Fatiga, decaimiento y dolencias
Muchas veces los bloqueos emocionales saturan otras áreas de nuestro sistema nervioso, llegando a acumular altísimos niveles de estrés que luego se manifiestan como fatiga crónica, problemas para dormir, decaimiento, dolores musculares, dolores de cabeza e incluso articulares.
Pensamientos intrusivos
Algunas personas con bloqueos emocionales pueden llegar a experimentar pensamientos intrusivos, frecuentes y molestos con respecto al evento traumático, lo que dificulta su normal desenvolvimiento y muchas veces les hace acudir a consulta profesional.
Irritabilidad
Una persona con un bloqueo emocional puede llegar a estar a la defensiva de manera constante, irritable e incluso molesto sin ninguna razón aparente, incluso para ellos mismos. Se cree que esta es una forma del cerebro de acercar al individuo al afrontamiento, aunque no hay pruebas sólidas al respecto.
Ansiedad o depresión
Los eventos traumáticos reprimidos mediante barreras emocionales pueden llegar a salir a la luz mediante síntomas como ansiedad exacerbada e intermitente, ataques de pánico e incluso distimia o depresión aguda. Es importante que un profesional haga el diagnóstico diferencial para evitar confundir estos síntomas comunes con otras cuestiones que pueden estar asociadas a temas más profundos.
Dificultad para contextualizar las emociones
Un síntoma clásico de un bloqueo emocional es la incapacidad para describir las emociones, mostrarlas abiertamente (aunque las sientan) o para siquiera hablar al respecto. La persona se ve evidentemente incapaz de hablar sobre cómo se siente en ese momento, aunque de manera consciente sí que puede llegar a comprender su estado emocional.
¿Cómo gestionar los bloqueos emocionales?
La realidad es que la mejor forma de gestionar y tratar un bloqueo emocional es acudiendo directamente con un profesional de la salud mental, el cual puede proponer enfoques de terapia adaptados para cada caso, los cuales suelen incluir la terapia cognitivo-conductual, terapias de autoexploración guiada y terapias de procesamiento o afrontamiento de traumas.
Con el debido acompañamiento psicológico, también se pueden ofrecer otra serie de medidas simples de apoyo que demuestran ser altamente efectivas como complemento, tales como:
- Meditación y mindfulness.
- Ejercicio.
- Diario de emociones y sueños.
- Actividades de catarsis creativas (música, danza, pintura…).
- Grupos de apoyo emocional.
- Auto indagación profunda a través de procesos guiados.
- Hipnosis.
- Yoga.
- Técnicas de respiración y de relajación profunda.
- Terapia de exposición.
- Etc.
Cada persona encontrará niveles distintos de efectividad en cada técnica a la hora de gestionar los bloqueos emocionales, también llamadas barreras emocionales o bloqueo de emociones. En todo caso, es importante contar con la ayuda de profesionales que nos puedan guiar de manera más concreta sobre nuestro caso en particular.