¿Te ha pasado alguna vez que te has sentido triste sin motivo aparente? Quizá tu reacción ha sido intentar ver qué acaba de suceder para que esta tristeza haya aparecido. Puede ser que algunas veces sepas qué te pasa. Sin embargo, qué te ocurre si la respuesta es: – ¿no sé por qué estoy triste?
Estar triste sin motivo aparente puede llegar ser muy angustiante. Esto se debe a que los seres humanos nos gusta entender y saber el porqué de las cosas. Cuando obtenemos información y respuestas algo en nuestro interior se relaja. El saber nos da seguridad y calma nuestras emociones.
Puede que te resulte muy angustiante no entender esta tristeza repentina y sin causa. Esto se debe a que las emociones no siempre tienen un porqué claro y esto puede generar confusión. En este artículo hablaremos sobre la tristeza y el llanto, cuando aparecen sin un motivo aparente y qué motivos pueden haber detrás.
Por qué estoy triste y lloro sin razón aparente
Si te has preguntado por qué me siento triste sin motivo, el llanto es la forma que tiene el cuerpo de expresar lo que siente. Llorar es un acto muy sano ya que te permite desahogarte y calmarte. Es cierto que hay personas reacias a llorar, si esto te sucede, seguramente tienes creencias limitantes que te lo impiden. Por ejemplo: «llorar es de débiles» o «si lloro, la tristeza va a durar más»,
A veces, quizá sientas que tienes ganas de llorar sin razón aparente. Casi siempre hay un hecho que lo desencadena, no obstante, si no notas el malestar o la emoción que hay detrás, puede ser que estés reprimiendo o negando la tristeza.
Reprimir o negar una emoción significa que no te la permites sentir. Por este motivo, si no puedes notar la tristeza es muy probable que pienses que no tienes una razón aparente para llorar. Sin embargo, tu cuerpo necesita alguna «vía de escape» y lo intenta con el llanto.
Las características de la tristeza
La tristeza a menudo se califica como negativa ya que puede producir dolor emocional y físico. No obstante, es más adecuado definir la tristeza como una emoción desagradable, por las consecuencias que genera. Pero no negativa ya que nos es de gran utilidad tal y como veremos más adelante.
A nivel fisiológico, ante la tristeza el cuerpo se tensa, aparece un dolor profundo en el pecho y el ritmo cardíaco puede acelerarse. Puede aparecer sudoración, temblor y una bajada de las defensas. Además, la expresión facial cambia: los ojos se hacen más pequeños, la boca se empequeñece, etc.
Si nos fijamos en el plano anímico, ante la tristeza nos podemos sentir desanimados, desesperanzados, etc. Además la tristeza a menudo viene acompañada de una sensación de inseguridad ya que muchas personas pueden sentirse vulnerables ante esta emoción.
Motivos externos que pueden causar tristeza
A continuación podrás leer varias situaciones externas que pueden hacerte sentir triste e influenciar en tu estado anímico. Estas situaciones te pueden afectar aunque aparentemente pienses que las estas gestionando bien, o bien que no te preocupan tanto.
Los duelos y pérdidas significativas
Hay muchos tipos de pérdidas significativas: el fallecimiento de un ser querido, quedarse sin trabajo, la pérdida de una capacidad como por ejemplo perder una pierna o la visión. etc. Ante una pérdida significativa, lo más probable es que se inicie un duelo, y una de las primeras fases es experimentar tristeza.
Las rupturas amorosas
Otro suceso que te puede llevar a experimentar tristeza es la finalización de una relación de pareja. Una ruptura amorosa conlleva pérdidas: de la persona en si, de los proyectos de futuro que uno se imaginaba, así como la pérdida de todo el afecto que se recibía: actos cariñosos, palabras afectuosas, etc.
Las enfermedades
Que te diagnostiquen una enfermedad a ti o a una persona cercana ya es un hecho suficientemente importante para experimentar tristeza y otras emociones como el miedo, debido a que puede conllevar cambios de hábitos e incertidumbre frente a una posible pérdida de capacidades, aficiones, etc.
La alimentación inadecuada
Ante una mala nutrición tu estado anímico también se verá afectado. Cuando no nos alimentamos de forma adecuada el cuerpo no tiene suficientes vitaminas para que nuestro cerebro funcione de forma correcta, pudiendo generar alteraciones en la segregación de hormonas que están relacionadas con el estado anímico.
Los problemas familiares y de pareja
A menudo uno relaciona la familia o la pareja con la seguridad y el bienestar. Cuando la estabilidad se ve afectada por conflictos tales como un divorcio, dificultades económicas, discusiones, infidelidades, etc. es muy probable que se experimente tristeza.
Situaciones de crítica entre la pareja a veces, disminuyen la autoestima dejándonos en una situación de vulnerabilidad importante.
La tristeza estacional
Con la llegada del otoño, o en menor medida la primavera, pueden aparecer episodios de tristeza. A este fenómeno se le conoce por trastorno afectivo estacional y está relacionado con la pérdida de la luz. Esto conlleva tristeza, poca energía, alteración en el patrón del sueño, etc.
«Si la tristeza no se marcha después de varias semanas y no tienes ganas de nada, consulta al psicólogo».
Motivos emocionales que pueden causar tristeza
Además de los motivos externos, los factores emocionales internos también pueden provocar tristeza. Si me siento triste y sin ganas de hacer nada puede ser por algunos de los motivos principales:
La soledad
El ser humano es sociable por naturaleza. Por este motivo cuando uno está o se siente solo la tristeza va a aparecer de forma intensa como consecuencia del deseo de poder estar en contacto con otras personas y de sentirse querido, acompañado, etc.
La falta de proyectos
La autorrealización es un estado que nos acerca a la felicidad. Por este motivo cuando nos faltan proyectos personales, profesionales, etc. que nos llenen podemos sentir una tristeza profunda, desánimo y falta de motivación.
La culpa
Sentir culpa conlleva mucho dolor ya que provoca una mezcla de sentimientos y emociones que se van retroalimentando. Mientras la culpa esté presente nos vamos a estar juzgando continuamente. Este juicio provoca diversas emociones, entre ellas la tristeza.
El estrés
El estrés provoca muchas reacciones corporales: ansiedad, malestar, cansancio, falta de concentración y entre otros, la tristeza también. Entonces, si estás sometido a un periodo de estrés no es nada extraño que también experimentes tristeza.
La rabia
Tristeza y rabia son dos emociones básicas y a menudo, son dos emociones que van juntas. El motivo es que muchas veces guardamos la rabia detrás de nuestra tristeza porqué la rabia es una emoción que la sociedad ha penalizado, especialmente en las mujeres.
Para qué sirve la emoción de tristeza
Después de preguntarte: ¿Por qué estoy triste sin motivo? También puedes preguntar: ¿ Para qué sirve la emoción de tristeza? Aquí te damos algunas pistas:
La tristeza sirve para poder darte cuenta de que has experimentado una pérdida o un cambio significativo en tu vida.
La tristeza te permite mirar hacia dentro, reflexionar, ver qué es lo que te sucede y qué cambios necesitas.
Con la ayuda de la tristeza cerramos etapas y vivencias y por este motivo nos podemos permitir dar la bienvenida a lo nuevo.
La tristeza nos acerca a nuestra parte más vulnerable. Con la vulnerabilidad podemos aceptar errores, pedir ayuda, ser compasivos con nosotros mismos. etc.
Tras experimentar tristeza o incluso llorar te vas a notar mas relajado. Además vas a poder apreciar y vivir de forma más intensa los momentos felices.
¿Y si tengo depresión?
¿Soy una persona triste y por lo tanto deprimida? ¿Tristeza y depresión son lo mismo? No, tristeza y depresión no son lo mismo. Las principales diferencias entre ambas se encuentran en su origen, intensidad y duración:
- La tristeza es una emoción básica natural que experimentamos ante una situación. En cambio, la depresión es un trastorno psicológico.
- Cuando sentimos tristeza es menos intensa que la depresión, ya que esta última va acompañada de pérdida de apetito, de alteraciones en el sueño, pérdida de energía, sentimientos de desesperanza, etc.
- La tristeza es de corta duración si la sabemos gestionar bien. En cambio, los síntomas depresivos tienen que permanecer al menos dos semanas y cumplir una serie de criterios para ser diagnosticada.
- Será necesario acudir a un psicólogo si la tristeza se prolonga más de dos semanas y afecta a tu vida diaria. Así podrás valorar sin necesitas algún tipo de tratamiento psicológico que te ayude a estar mejor.
Cómo gestionar la tristeza
¿Qué puedo hacer ante la tristeza repentina sin causa? Primero de todo: ¡Respirar! Aunque te parezca demasiado simple, respirar es una de las herramientas más eficaces para gestionar la tristeza y sobretodo, no tener prisa para que desaparezca.
Ponte cómodo, cierra los ojos, observa en qué lugar de tu cuerpo sientes la tristeza, pon tu observación sin juicio en esa zona y respira. En la autoobservación y aceptación vas a encontrar una forma de regular y gestionar la tristeza que aparece sin razón aparente.
Darte espacios para sentirla sin bloquearla y también dejarte acompañar por otras personas, compartiéndola con tus seres queridos. El consuelo es doble pues te sientes escuchado y también te desahogas. Además también puedes hacer una carta para tus días tristes que te ayude a soltar lo que sientes.
Si aún te preguntas: ¿Por qué estoy triste sin motivo? Y te has dado cuenta que la tristeza es una emoción que está reprimida o negada. O quieres aprender más herramientas para gestionar esta emoción, no dudes en contactar con nuestro equipo para que te acompañemos en este proceso de descubrimiento.