El afecto verbal emocional y físico, es uno de los pilares fundamentales de nuestra vida. A veces nos sentimos solos y sin consuelo posible, con un vacío muy grande que atraviesa nuestro interior. Rodearnos de personas que nos aprecian, que nos quieren es un bálsamo para el alma. Dejarnos querer, mimar y achuchar, nos afloja las corazas emocionales que vamos acumulando a lo largo de los años. El problema es que a veces, damos las cosas por sentado y a la vez, nos cuesta pedir ayuda. Esto dificulta poder recibir el afecto de los demás plenamente.
No des el afecto por sentado, expresa lo que sientes
Seguro que notas que quieres a tu madre, a tu pareja o amigo, ¿pero se lo dices suficiente? No des tus afectos por sentado, expresa lo que sientes hacia las personas que quieres, porque tu vida es hoy y ahora mismo. Comunicar el aprecio que sentimos hacia los demás nos permite mostrarnos más compasivos, cercanos y amistosos con la gente que nos rodea.
A veces no es fácil expresar el afecto que sentimos hacia los demás, bien sea porque nadie nos ha enseñado, o porque hemos aprendido la idea errónea de que mostrar nuestros sentimientos nos hace débiles. La vergüenza se puede apoderar de ti, en el momento de mostrarte tal y como sientes. Arriésgate aunque puedas parecer vulnerable porque el amor es la emoción que mueve montañas y construye el mundo.
Las palabras bonitas también te las tienes que decir a ti mismo. La necesidad de reconocimiento principalmente es hacia cada nosotros mismos, una vez nos damos ese amor propio que tanto necesitamos y anhelamos, es mucho más fácil poder entregar nuestro corazón a la gente que queremos y apreciamos.
Acumular enfado te llena de resentimiento
A veces, al tener mayor confianza con nuestro circulo más cercano, les acabamos tratando peor, les gritamos, les contestamos mal, o nos mostramos fríos. Esto hace que podamos dudar de la capacidad de abrir nuestro corazón a los demás. Confiar en los demás es un acto de fe, y de amor. El problema viene cuando nos cerramos como si fuéramos un caracol o tortuga que se recoge hacia adentro, entonces es cuando aparecen nuestras protecciones emocionales que nos aislan del mundo exterior.
En ocasiones, nos podemos sentir traicionados o poco mirados. Llenarnos de rabia o esperar que el otro nos de lo mismo que le damos es la receta directa al fracaso en nuestras relaciones afectivas. Cada uno tiene su manera de expresar su cariño hacia los demás. Aceptando que cada uno da lo que puede, vamos a poder recibir mejor el aprecio de los demás.
Es importante que vaciemos nuestra mochila emocional, para quedarnos libres de reproches y rencor hacia las personas que queremos. Esto nos va a permitir perdonar y mirar con otros ojos a las personas que están en nuestra vida. No juzgues ni critiques lo que te dan. Aceptando y expresando tus necesidades y sentimientos vas a poder estar más feliz con tu vida.
Aprovecha cualquier momento para expresar lo que sientes a las personas que quieres
No hay un momento mejor ni peor, ya que todos sirven. Por ejemplo, mientras desayunas, o estás en el trabajo, o antes de ir a dormir. Tampoco importa la distancia, ya que el cariño traspasa fronteras y llega a todos los rincones del mundo. Sólo hace falta que no te olvides y pongas atención a lo que necesitas y lo que quieres expresar.
Imagina que hace mucho tiempo que piensas en ese amigo que hace tiempo que no ves. Aprovecha para llamarle, y explícale lo importante que ha sido o es en tu vida. No pierdas el tiempo, porque el tiempo tiene fecha de caducidad, y cada momento cuenta. Algunos de estos momentos los puedes enfocar para expresar tu afecto más sincero con palabras, verás cómo te sientes mejor al hacerlo.
Dar y recibir apoyo emocional es fundamental para garantizar nuestra salud mental. Necesitamos una red de personas en las que confiar y en las que podamos sentirnos respaldados. A veces, parece que la red a desaparecido, pero si miramos bien, vamos a encontrar a muchas personas que nos aprecian y nos quieren por lo que somos. De esta manera nos vamos a sentir más respaldados y acogidos.
Las palabras de amor sanan nuestro interior
Podemos decir entonces, que las palabras curan y dañan a la vez. Duelen si las usamos para atacar, juzgar y menospreciar a los otros y a nosotros mismos. Curan si las utilizamos para expresar lo importantes que son las personas que están en nuestra vida. Depende de nosotros el uso que hagamos de ellas, van a producir un efecto positivo o negativo en nosotros.
Algunos ejemplos de palabras de afecto que puedes utilizar para expresar lo que sientes son:
– Te quiero y te aprecio.
-Eres importante para mi.
-Me ayudas y me apoyas en todo lo que puedes.
-Gracias por estar presente en mi vida.
-Te entrego mi respeto y tienes mi confianza.
-Gracias por escucharme y entenderme.
-Valoro tu amistad y la agradezco.
-Agradezco que la vida nos haya puesto en el mismo camino.
-Cuenta conmigo para lo que necesites.
Por tanto, seguro que en algunos momentos vas a necesitar escuchar estas palabras de aprecio y otras veces, también vas a estar disponible para entregar amor. Rodéate de gente que te quiere, provoca encuentros físicos o telefónicos para que se puedan dar intercambios de amor y afecto mutuo. No temas en mostrar tus sentimientos, porque si lo haces de manera sincera, no habrá arrepentimiento posible.
Si tienes dificultades para expresar lo que sientes hacia los demás, no dudes en pedir ayuda a un psicólogo. Desde Psicoemocionat te podemos ayudar a que te sea más fácil dar y recibir afecto, y por tanto, puedas vivir una vida más placentera contigo mismo.