El miedo es una reacción natural cuando percibimos un peligro o amenaza. Podemos tener diferentes miedos, reales o infundados que afecten a nuestra vida diaria. ¿Qué pasa cuando dejamos que los miedos de los demás nos contagien? Que nos apropiarnos de miedos que no son nuestros, y los vivimos como propios. Todos en algún momento podemos recibir una crítica o comentario negativo de los demás, y si es constructiva nos puede ayudar a crecer.
El problema viene cuando la crítica es destructiva, y nos creemos las palabras hirientes de los demás. Esto puede afectar directamente a la autoestima y a nuestro autoconcepto. No podemos controlar lo que nos dicen, pero sí como reaccionamos ante las críticas y los miedos de los demás.
Por ejemplo, si en casa has escuchado desde siempre: -No eres capaz de hacerlo, cuidado no puedes ir sola por la calle, etc, es probable que tengas miedo de equivocarte o de salir solo sin compañía. Aprender a diferenciar lo propio de lo ajeno, lo que nos puede ayudar a crecer y lo que nos destruye es esencial para no dejarnos arrastrar por las inseguridades de los demás.
Por qué tener miedo es una emoción natural
Tener miedo es natural, siempre que no te dejes arrastrar por él. El miedo es un aliado cuando nos ayuda a protegernos y prevenir peligros futuros. Por ejemplo, si viene un coche a toda velocidad, es normal que te apartes para que no te atropelle. Esa reacción de hacerte a un lado, es tu miedo que te ha protegido y te ha mantenido a salvo. El miedo ayuda mientras tengamos la capacidad de afrontar los peligros que nos pone delante.
Así los miedos nos ayudan a estar precavidos, y ser prudentes, cuando las circunstancias lo requieren. Está bien que tu cuerpo te de señales, si estás a punto de cruzar y viene un coche rápido. Así tu cuerpo se echa para atrás, de manera rápida e inconsciente, y gracias a esa reacción es posible que hayas salvado la vida. ¿Qué pasa entonces si tu entorno tiene miedos?
La proyección, cuando no aceptamos nuestros miedos
La proyección negativa, es un mecanismo de defensa donde una persona atribuye a otras sus propias carencias o defectos . Se puede dar cuando tenemos un conflicto emocional y no aceptamos nuestros sentimientos, pensamientos o actitudes, ya que si los aceptamos, entramos en una angustia o ansiedad intensa. La proyección que hacemos puede ser por algo que no nos permitimos o por algo que hacemos en exceso y no aceptamos. Un ejemplo clásico, es en el mundo de la pareja. Si te molesta que tu pareja tenga la casa desordenada puede ser porque no te permitas el desorden, o porque tú también la tengas desordenada y no lo puedas ver.
Imagina, que tienes un miedo muy intenso a que le pase algo a tus seres queridos. No paras de darle vueltas al mismo tema. Les dices que lleguen pronto a casa, te preocupas si llegan 10 minutos tarde, etc. En realidad, es posible que estés proyectando y que lo que te dé miedo es que a ti mismo te pase algo, tener un accidente o incluso la muerte. Lo mismo pasa con la gente que te rodea, que puede proyectar sus miedos sobre ti. El problema viene cuando tu empiezas a creerte esas proyecciones.
«Sólo tienes que asimilar parte de la proyección de tus miedos, entonces te darás cuenta que todo es una fantasía.» – Fritz Perls-
Ahora imagina, que llevas toda la vida escuchando que eres un vago, inseguro y que no sirves para nada. Quizá lo has escuchado, de tu madre, un familiar o en el colegio. No importa. Quién te daba esos mensajes, es probable que estuviera proyectando también. Es decir, que en realidad, la persona que te decía estas palabras tuviera un problema de autoestima e inseguridad importante. Y tú, sin quererlo, te lo has creído seguramente hasta hoy.
Qué cada persona se responsabilice de sus miedos
Recuerdo a una paciente que tenía mucho a salir con chicos. Explorando su historia de vida en terapia, descubrió que su madre le había dicho que era muy tímida y que así, nunca encontraría un hombre que le quisiera. Su madre lo hizo como supo, y aún así, proyectó sus propios miedos. Tuvimos que hacer un trabajo para diferenciarse de su madre y poder soltar las mochilas emocionales familiares.
El miedo cultiva miedo. – Byron Janis–
Basta de dejar que los demás proyecten sus miedos sobre ti. Qué cada uno se responsabilice de sus emociones y de sus palabras. Una crítica destructiva puede ser muy dañina, así que, no dejes que te llegue. Ahora ya eres adulto, tienes la capacidad para discernir qué te crees y que no te crees. Y aunque tuvieran parte de razón, puedes empezar a afrontar tus miedos, en vez de evitarlos.
Analiza los motivos por lo que la otra persona te puede estar dando una crítica negativa o proyectando un miedo sobre ti. No olvídes que una crítica, es simplemente una opinión. Y que, hay muchas maneras de ver una sola situación. Recuerda que las palabras no están dirigidas hacia tí, sino hacia ella misma. Sus inseguridades las están poniendo en ti, pero tú no eres esa persona y no tienes esos miedos. Seguramente tendrás otros, pero no necesariamente lo que te están diciendo.
Nunca es tarde para aprender a gestionar tus emociones, y para diferenciar lo que no es tuyo. Tienes toda la vida a partir de ahora. Anímate a cuestionar tus pensamientos y emociones. No todos son tuyos. ¿Vas a dejar que las personas de tu entorno te intoxíquen de palabras que no te hacen bien? Lo importante es como tú vas a reaccionar a partir de ahora ante los comentarios negativos de los demás. Aprende de ellos, búsca en tu interior para mirar si hay algo que puedes aprender de lo que estás viviendo.
¿Necesitas ayuda para gestionar tus miedos? Contacta con nosotros. Te podemos ayudar a superar tus miedos. Estamos en Barcelona, Granollers y Mataró. También hacemos terapia online via Skype.