Mejorar la relación conmigo mismo es todo un reto. La relación que establecemos con nosotros mismos es la más difícil, complicada y bonita que podemos forjar con nadie. A menudo nos maltratamos y juzgamos duramente. Lamentamos nuestros errores, nos exigimos la perfección y nos olvidamos de nosotros mismos. Si pensamos en los demás, sin embargo, los cuidamos, escuchamos, y les intentamos proporcionar el mayor bienestar posible. ¿Por qué no hacemos lo mismo con nosotros? ¿Qué nos impide ocuparnos de nuestro bienestar? ¿Qué hace que nos dediquemos tan poco tiempo de calidad? ¿Momentos para descansar, para disfrutar o para relajarnos?
Ser mi peor enemigo
Nuestra educación, la sociedad y algunos valores erróneos que nos han inculcado, hacen que a veces podamos declararnos la guerra interna a nosotros mismos sin pretenderlo. Pensar que primero van los demás y asumir que si nos ocupamos de nosotros primero, estamos haciendo algo malo, hace que nos vayamos poniendo el terreno de “nuestra vida” cada vez más difícil. Ser nuestro peor enemigo, significa estar en piloto automático 24h al día sin darnos cuenta de cuáles son nuestras necesidades internas.
La relación que creamos con nosotros mismos es la base que nos lleva hacia un camino de bienestar o desdicha. ¿No vale la pena apostar por ella? Imagina por un momento que en vez de poner todo el esfuerzo en hacer que una relación sentimental funcione, primero dedicas todo tu empeño en hacer que la relación contigo salga adelante. ¿No sería fantástico? Aquí te doy algunos tips para que la relación contigo pueda funcionar.
Mejorar la relación conmigo mismo: Ser mi mejor amig@
Vamos a estar toda la vida con nosotros mismos. Mejor tratarnos con cariño y aceptación en vez de ser nuestro peor enemigo.
1.Abrázate varias veces al día
Haz algo que te guste, pinta, escribe, medita, corre, sal a dar un paseo, cuídate con algo sano y agradable para tu cuerpo.
2.Date el permiso de disfrutar
Juega, salta, ríe como un niño. Conecta con tu niño interior. Deja que salga a pasear. No importa que edad tengas ahora. Tu niño interior siempre va a estar contigo. Dale espacio para que conectes con su alegría genuina.
3. Se un poco egoísta “cuídate primero tú” para poder cuidar a los demás después
Me gusta el concepto de egoísmo sano porque habla de cuidarnos para ser cuidados. ¿Verdad que cuando subimos a un avión, nos dicen que primero nos coloquemos la máscara de oxígeno y luego se la coloquemos a nuestros hijos? Si estás con energía y fuerza porque te has dedicado tiempo, es más fácil que tengas tiempo y ganas con los demás después.
4. Aprende de tus errores
Cada vez que te equivocas es una oportunidad para preguntarte:- ¿Qué puedo aprender de este “fracaso”? Perdonate y renace como una mariposa.
5. Se paciente y comprensiv@ contigo
Tú eres tu mayor juez. Cuanto mayor peso y exigencia te pones a ti mismo, peor te vas a sentir. Prueba de alcanzar pequeños retos en vez de grandes objetivos utópicos.
6. Responsabilízate de darte cariño
Si tú no te amas, ¿quién lo hará? Quizá esperas que lo hagan otros por ti. No te engañes, si constantemente buscas la aprobación en los demás, vas a sentirte muy decepcionado con los demás. Los demás no son responsables de tu vida porque tú ya no eres un niño herido sino un adulto que es capaz de cuidarse y tomar sus propias decisiones.
«El amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia. » Victor Frankl
¿Con cuál de éstas pequeñas ideas vas a empezar a cuidarte? ¿Quieres compartirlo con nosotros?
Te recomiendo un libro para reflexionar sobre este tema. Se llama: Palabras A Mi Mismo de Hugh Prather.
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