La pareja como crecimiento y como un espacio para nutrirse es posible. Aunque, estar en pareja no te garantiza la felicidad, tú eres responsable y creador de la misma. Pero estar en ella ofrece toda una serie de ricas experiencias, desde el pasaje de la niñez a la adultez a acuerdos, desacuerdos, grandes alegrías, frustraciones, ternura, miedos, dolor, entre muchas otras emociones. Y en este tipo de experiencias es donde podrás encontrar la posibilidad de aprender, y en el aprendizaje la de crecer.
Un error que suele impedir dicho crecimiento, es el mito de “las dos mitades que al juntarse se completan la una a la otra”, las fantasías de igualdad e indiferenciación, donde no hay desacuerdos.
El psicólogo Joan Garriga define el crecimiento como «la expansión hacia lo extraño, la inclusión en lo propio de lo ajeno, al amor a lo diferente».
Considero que en la diferencia con el otro es donde está la clave de ello.
A nivel personal queda evidenciada esta posibilidad de desarrollo cuando se torna imprescindible revisarnos (maneras de funcionar, hábitos, miedos, exigencias) ya que en esta revisión se halla la posibilidad de curar viejas heridas. Aquí encontraremos respuesta a muchos conflictos, la pareja muchas veces nos sirve de espejo cuando en ella se nos repiten trabas, piedras que no tienen que ver con mi compañero/a de viaje, sino con aquellas heridas antiguas que aparecen como sombras que interfieren en la relación.
¿Entonces puedo crecer en pareja? ¿ La pareja como crecimiento es posible?
Sí, la pareja como crecimiento, como un espacio para mirarnos y reconocernos se da más a menudo de lo que pensamos.
En la relación de pareja tendremos la oportunidad del «darnos cuenta» de lo mío, de lo suyo, de lo del pasado y de lo del “aquí y ahora”.
Un “darnos cuenta” a pesar de que muchas veces las sombras de cada integrante hayan entrado en sintonía en la relación, un ejemplo de ello es aquel en que uno necesita cuidar y el otro ser siempre “el cuidado”, pues detrás de esta “sintonía” no hay una relación entre adultos, sino más bien una especie de relación Padre-Hijo que interfiere en nuestro desarrollo.
Este espacio de crecimiento en la pareja tendrá lugar a partir del encuentro con lo diferente, y en la pareja lo diferente es el otro. Las diferencias tienen mala prensa, ya que éstas suelen llevar a desacuerdos, pero son justamente los que nos abrirán un nuevo campo de posibilidades para expandirnos.
Te invito a dejar de lado el mito de la media naranja, y te invito a dirigirnos a un encuentro con la diferencias, en él descubrirte y encontrarte también contigo mismo y desde allí vivenciar, reparar, construir y CRECER.
Si tienes dificultades en la pareja siempre puedes contactar con nosotros. Te podemos ayudar.