Tomar decisiones no es una tarea fácil. Sobre todo, si sabemos que estas decisiones son importantes para nosotros y suponen grandes cambios, pues gestionar el miedo puede ser un reto. Sin embargo, al largo de nuestra vida nos encontramos varias veces ante la necesidad de tomar decisiones importantes.
Seguro que en más de una ocasión en tu vida te has sentido vulnerable cuando debías tomar una decisión, por ejemplo, realizar o no un cambio de trabajo o empezar o finalizar una relación de pareja. Aprender a gestionar el miedo que sientes ante estas decisiones te puede ayudar a afrontar la situación con más calma y con más seguridad.
El miedo nos avisa y nos prepara ante un peligro
El miedo es una emoción básica y necesaria para nuestro desarrollo. Es una emoción que ha estado siempre presente en el ser humano y que ha sido clave para el desarrollo de la especie. Nos ayuda a prevenir y a protegernos ante un peligro real, aunque también imaginado.
Sentir miedo ante una amenaza real nos ayuda a protegernos de ella. Sentirlo a hacia una amenazada imaginada, nos puede limitar. Por ejemplo, si sentimos miedo ante una actitud agresiva de una persona, nos alejaremos de ella. Pero si sentimos miedo ante la idea de tomar cualquier decisión, pues imaginamos consecuencias negativas de ella, nos podemos quedar bloqueados. O quizá evitemos la decisión. Por tanto no es el miedo en sí mismo aquello nos hace daño, sino ante qué lo sentimos y la respuesta que ponemos en marcha cuando lo sentimos.
Reacciones negativas ante el miedo en la toma de decisiones
- Evitación: Evitamos tomar la decisión. Ponemos en marcha una respuesta pasiva en la cual decidimos esperar que sea el tiempo el que resuelva la situación, o bien sea otra persona quien asuma la responsabilidad de tomarla. De esta forma, al dejar de afrontar aquello que nos da miedo, pensamos que el miedo desaparece, pero no es así. El miedo a las consecuencias continua, y la sensación de no influir en aquello que nos pasa, lejos de tranquilizarnos, nos genera ansiedad.
- Dilación: otra respuesta común es la dilación de la decisión. Bajo la idea de que necesitamos más información para decidir, podemos aplazar el momento indefinidamente. A veces esperar a tener mas información puede ser adaptativo, pero es importante que vigilemos si ese es el motivo real, o es el miedo el que nos está llevando a no asumir la decisión que hemos tomado.
- Bloqueo: en el bloqueo generalmente queremos tomar la decisión pero nos sentimos completamente incapaces. El miedo nos invade y nos genera multitud de pensamientos negativos hacia las posibles consecuencias de nuestras decisiones que nos llevan a una situación de duda constante. Es decir, dudo absolutamente de todas las opciones. Cuando esto ocurre nos sentimos bloqueados, incapaces de decidir y el nivel de ansiedad y de sufrimiento emocional se eleva significativamente.
No siempre sabemos a lo que le tenemos miedo
No siempre lo sabemos. Muchas veces hablamos de miedo, pero lo que sentimos realmente es ansiedad. El miedo es la emoción más primaria, más ligada al peligro concreto. Cuando sentimos miedo, sabemos por qué. Pero la ansiedad es más general, y se manifiesta en nosotros de una forma más global y duradera en el tiempo. Además, es solo la punta del iceberg.
Es muy habitual sentir ansiedad ante momentos vitales que incluyen decisiones importantes. Esa ansiedad esconde muchas emociones, miedo si, pero también rabia, o tristeza, y otros problemas personales. Intentar conocer cuáles son los componentes de nuestra ansiedad, a que le tenemos miedo realmente, de que emociones nos protegemos, nos ayudara a ponerle cara al miedo y a poder afrontarlo. Transformar la ansiedad en un miedo concreto nos puede ayudar a afrontarlo.
4 estrategias para gestionar el miedo en la toma de decisiones
- Afronta y descifra tu miedo: ya hemos comentado que el miedo es una emoción necesaria y que nos ayuda a prevenir un peligro. Si intentamos negar nuestro miedo, huir o evitarlo, se hará más grande. Pero si lo escuchamos, lo aceptamos y nos atrevemos a sentirlo podremos entender que es lo que nos quiere decir. Nos ayudara a comprender su sentido, a saber a que le tenemos miedo realmente y a asumir las consecuencias.
- Céntrate en tus recursos personales: Si conocemos lo que realmente nos da miedo, podemos trabajar para poner en marcha nuestros recursos personales. Intenta centrarte en ellos, en tus capacidades y recursos que te han ayudado en un pasado y que te van a ayudar ahora. Confía en tus fortalezas y utilízalas.
- Sostén la incertidumbre: Si confiamos en nuestros recursos personales podremos tolerar la incertidumbre que siempre esta presenta en la vida. Cuando hemos de tomar una decisión importante no podemos controlarlo todo, pues hay circunstancias que escapan de nuestras manos. Tolerar la incertidumbre, abrazarla y aceptarla como parte de la vida y confiar en nuestra capacidad para responder ante las situaciones nos ayudará a afrontar las decisiones.
- ¿Qué es lo peor que puede pasar? A menudo la ansiedad y el miedo nos genera una lluvia de pensamientos que los vivimos como catastróficos y que queremos evitar a toda costa. A veces son tantos los pensamientos que no podemos procesarlos todos. Una buena forma de afrontarlos es preguntándonos: ¿qué es lo peor que puede pasar? Al preguntarnos eso, ponemos nombre y cara a nuestro miedo, y entonces vemos que quizá no es tan grande y que tenemos recursos personales para afrontar “lo peor que puede pasar”.
Aprende a valorarte y a sentirte capaz de tomar decisiones
El miedo en la toma de decisiones y las respuestas pasivas que nos lleva a tomar pueden ser muy limitantes para nuestro crecimiento y para nuestro bienestar, llevándonos a una sensación de indefensión, donde sentimos que aquello que nos pasa no depende de nosotros. En cambio, sentir que somos nosotros quienes tomamos las decisiones importantes en nuestra vida y que somos capaces de afrontarlas, de aprender y crecer a través de ellas nos va a permitir sentir que somos los dueños de nuestras vidas y que somos capaces de responsabilizarnos de aquello realmente importante para nosotros.
Recuerda, si sientes miedo ante una decisión importante es algo normal. No huyas de ese miedo, permítete sentirlo y escucharlo y afróntalo con tus recursos y fortalezas personales. Y, si sientes que necesitas ayuda para hacerlo, para comprender mejor tu miedo o para conocer tus recursos personales no dudes en contactar con nuestro equipo.