Estoy segura que alguna vez has experimentado malestar cuando las cosas no salen como deseas o tú quieres. Tranquil@, no eres el único. Al largo de mi experiencia terapéutica, he observado que la discrepancia entre lo que yo deseo y la realidad, produce un gran dolor y sufrimiento.
Esta diferencia viene dada por una serie de procesos internos que se han activado como la anticipación, la proyección o la idealización, los cuales te voy a explicar más adelante. Todo esto, finalmente, te genera un malestar emocional al observar que tus deseos no se cumplen.
Este malestar suele producir rabia, frustración, impotencia, sensación de estar desubicado, entre otros estados emocionales. Por este motivo es importante que aprendas qué hacer cuando las cosas no salen como deseas.
La proyección, ¿te ayuda o te perjudica?
Todo empieza con la proyección o visualización. Es decir, cuando visualizas tu objetivo e intentas desarrollarlo para conseguirlo. Este proceso interno puede ser un buen aliado, pero también tu peor enemigo. Cuando proyectar te sirve para marcarte objetivos y planificarlos es fantástico. Sin embargo, si a la proyección le añades la anticipación y la idealización tienes una combinación explosiva.
Esto significa que el problema viene cuando te avanzas a los hechos, sacas conclusiones inamovibles, del estilo «seguro que será genial», y además lo idealizas con imágenes mentales más o menos elaboradas. Por ejemplo, proyectar que quieres realizar un viaje te ayuda a ahorrar, buscar destinos, etc. No obstante, si dedicas tu energía a anticipar que el tiempo será fantástico o incluso a visualizar qué tipo de fotos vas a subir en instagram, puede llegar a ser perjudicial para ti.
Imagina que finalmente tu vuelo se cancela, llegas al destino un día más tarde, además la previsión metereológica cambia de forma radical y gran parte del viaje es con lluvia, las fotos que querías hacer con la puesta de sol no son tan bonitas como habías imaginado, etc. ¿Como te sentirías? Este es un claro ejemplo de cuando las cosas no salen como uno quiere por culpa de la anticipación e idealización.
Tu niño interior está enfadado
Cuando te das cuenta de que tus deseos no se cumplen, es normal que te sientas frustrado. Esto es porque tus expectativas no se han cumplido. Además de sentirte enfadad@, es probable que entres en un discurso de queja : «jolines, yo no quiero esto», «a mi nunca me salen bien las cosas», etc. Esta queja te lleva, algunas veces, a tener una actitud un tanto infantil.
¿Te has visto o has observado en otra persona adulta una rabieta tras no conseguir algo que deseaba? Esto es porque el niñ@ interior está enfadado. Las rabietas o berrinches emocionales en adultos son comunes, y son observables cuando un adulto tiene una reacción desmesurada ante una situación de frustración.
Cuando las cosas no salen como desas, tu niñ@ interior rebelde y caprichoso se enfada, y si esta emocion no se regula sale de forma muy intensa. Un adulto que tiene una rabieta, a menudo, responde al malestar de su niño interior enfadado.
Qué hacer cuando las cosas no salen como deseas
A continuación vas a encontrar algunas orientaciones para manejar de forma más efectiva tu tendencia a anticipar y elaborar altas expectativas, así como manejar el malestar emocional derivado de una situación que no ha salido como tu esperabas:
Proyectar sin anticipar
Ante la proyección de objetivos y deseos, es importante que lo hagas sin anticipar ni idealizar el resultado final. Así pues, observa si tienes esta tendencia e intenta cambiarla.
Revisa tus expectativas
Te será de gran ayuda observar qué expectativas tienes ante tu objetivo, si son muy altas e idealizadas, es mejor que las trabajes e intentes moldear a unas más ajustadas y realistas.
Estar en el presente
Ante la anticipación, es importante que te mantengas conectad@ con el aquí y ahora. Pregúntate qué puedes hacer ahora y qué se encuentra en tus manos para acercarte a tus objetivos.
Acompaña a tu niño enfadado
Intenta ver y comprender a tu niño interior enfadado y acompáñale emocionalmente. No intentes gestionar tu frustración des de un lenguaje muy racional, piensa que a la práctica, estás intentando calmar a un niño. Utiliza un lenguaje más emocional y no enfocado en la represión de la emoción.
Acepta la nueva realidad
es probable que aunque hayas tenido en cuenta los anteriores puntos, algunas veces la realidad tampoco termine siendo la que tu esperabas. Hay cosas que directamente no dependen de ti. Aceptar que esto va a suceder es un gran aprendizaje vital.
Que no suceda lo que tu esperas, a veces es lo mejor que te puede pasar
Tras el primer malestar al observar que no has conseguido lo que deseabas, te puedes llevar una sorpresa si estás receptivo y conectado con tus recursos y capacidades. Cuando las cosas no salen como tu querías, lo puedes ver como una desgracia o como una oportunidad para salir de tu zona de confort y crecer a nivel emocional.
Si no estás del todo convencido, te animo a que puedas leer el cuento de la buena suerte o mala suerte. Aprovecha la fantástica reflexión de ésta fábula para incorporar este lema en tu vida, seguro que te va ayudar mucho cuando las cosas no salen como deseas
Si te apetece trabajar cómo gestionas tus expectativas, te das cuenta que anticipas de forma excesiva, o bien quieres trabajar tu niño interior enfadado, no dudes en contactar con nuestro equipo.