No es posible no sentir las emociones incómodas por mucho que nos esforcemos, porque al final acaban apareciendo aunque no lo queramos. ¿Sabes cómo regular las emociones incómodas? Es fácil para ti gestionar tus estados emocionales cuando te resultan más desagradables?
La mayoría de las personas tienen alguna dificultad en la gestión emocional del enfado, la tristeza o el miedo. En este artículo vamos a trabajar las emociones más desagradables y te vamos a enseñar a manejarte como pez en el agua con tus emociones.
Las emociones son reacciones que tiene nuestro cuerpo ante estímulos externos o internos. Por ejemplo, si oyes un ruido fuerte es posible que te sobresaltes si no sabes de dónde viene, y se active la emoción del miedo. O si, piensas que nadie te quiere, es normal que puedas sentir tristeza ante tal pensamiento.
¿Cuales son las emociones desagradables más conocidas?
Las emociones primarias que clasificamos como desagradables pueden ser el miedo, la tristeza y el enfado. También el asco y la sorpresa si es desde la decepción o susto. Todas estas emociones pueden generarnos incomodidad y inquietud al sentirlas en nuestro cuerpo. Esto no significa que sean negativas de por sí, pues tal como explicábamos en este otro artículo, las emociones negativas no existen.
Lo que sí es cierto que hay emociones más cómodas de sentir por ejemplo, la alegría, el amor, la ternura, la curiosidad son emociones que mayoritariamente nos gusta vivir en nuestro día a día.
Algunos síntomas en el cuerpo que podemos sentir cuando estamos experimentando emociones incómodas son:
- Tensión muscular
- Presión en el pecho
- Dificultades para respirar
- Bruxismo
- Temblores
- Dolores de estómago o nudo en el estómago
- Ganas de llorar
- Poca energía física
Es interesante que puedas identificar las emociones difíciles de sentir para poder comprenderlas y gestionarlas mejor.
¿Por qué sientes emociones incómodas y por qué las vives como «negativas»?
Las emociones a nivel evolutivo, están diseñadas a la perfección y son necesarias para nuestra vida. Cómo sabes, cada emoción tiene su función, puedes ver más sobre cómo nos ayuda cada una aquí. Nos ayudan a relacionarnos con los demás, prevenir peligros, poner límites entre otras muchas cosas.
El problema viene de nuestra educación social y familiar. De un tiempo hacia aquí, las emociones no se tenían en cuenta, o al menos no tanto como nuestra parte mental o racional. Se daba mucha más importancia a nuestro intelecto y pensamiento que al mundo afectivo- emocional.
Es por eso, que aún podemos vivir el miedo, la tristeza o el enfado como señales de debilidad, cuando en realidad son signos de fortaleza mental y emocional. Cuanto más sentimos más vivos estamos.
¿Qué necesitas para convivir con las emociones incómodas?
Para sobrellevar las emociones incómodas y convivir con ellas de la mejor manera posible lo primero que vas a necesitar es entender que las emociones no son malas, sino que te ayudan a avanzar cada día. Convivir con ellas va a ser cuestión de aprendizaje y práctica.
“Nuestro verdadero problema no son las emociones en sí, sino nuestro continuo rechazo a sentirlas y aceptarlas.” – Armando Nougués –
Necesitas comprender que las emociones incómodas no se tienen que eliminar, al revés se tienen que surfear, como si fueran olas que vienen y se van. Esto no significa que las tengas que evitar, sino que es importante que no las juzgues ni critiques. Date el permiso para sentir tus emociones tal y cómo son sin modificar nada.
La inteligencia emocional se puede entrenar, no es una competencia que se tenga o no, sino que se aprende. Por tanto, te animo a que pruebes a conocerte cada día un poquito más. Observa tus reacciones, no las juzgues seguro que el próximo día sabrás algo más que aplicar contigo mismo.
¿Cómo regular las emociones incómodas en tu vida?
Es necesario que etiquetes lo que te pasa aunque sea incómodo. ¿Es miedo lo que sientes, tristeza o enfado? Ponle un nombre. Una vez ya sepas la emoción, acepta lo que estás sintiendo. Tienes que bucear con la ola para salir a flote, siente de manera intensa y no luches ni juzgues la emoción.
«No empujes el río que fluye solo» -Barry Stevens-
Si ya has buceado en las profundidades emocionales, respira la emoción y déjala ir. Por ejemplo, en el caso del enfado es posible que tengas que regularlo con más consciencia, para no dañarte, ni dañar a lo demás.
Por tanto, no evites las emociones incómodas, entra y profundiza en sentir la emoción con permiso y consciencia, y después respirarla para dejar que se vaya. Así es como podrás convivir con las emociones incómodas de manera más tranquila. Cuéntanos tus experiencias y no dudes en contactar con nosotros si crees que necesitas una ayuda extra.