Seguramente habrás oído hablar de personas tóxicas o muy probablemente, en algún momento de tu vida, te hayas relacionado con alguna de ellas en tu entorno más próximo, ya que, éstas se encuentran en nuestros círculos más cercanos como son la familia, los amigos, los jefes o incluso los compañeros de trabajo. Te invito a que te plantees qué hacer y cómo puedes lograr poner límites a estas personas tóxicas sin lastimar y lastimarte o cómo puedes lograr que estas “personas toxicas” no entren en tu círculo afectivo más íntimo.
¿Quiénes son las personas tóxicas? Cómo podemos identificarlas?
¿Quién no se ha topado con un/a compañero/a de trabajo que celaba todos tus éxitos y trataba de hacerte la vida imposible y se quejaba de todo continuamente?, ¿quién no ha tenido en su comunidad de vecinos algún/a vecino/a chismoso/a qué conocía cuándo entrabas y salías y con quién? o ¿quién no se ha enamorado de una persona encantadora que te intentaba controlar cada uno de tus pasos?
Las personas tóxicas son aquellas personas de nuestro alrededor que nos dominan y controlan, y hacen caso omiso de nuestras necesidades y sentimientos. Se centran en sí mismas y no parecen estar interesadas en nosotros en absoluto. Tienen por objetivo llenarnos de frustraciones y cargas ajenas potenciando nuestras debilidades y cuyo propósito es robarnos nuestros sueños, nuestra energía y menospreciar todo cuanto a nosotros nos ilusiona, nos entusiasma y llena de alegría y vida.
Sólo tú puedes decidir quién entra en tu círculo más íntimo
Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a personas complicadas como son los envidiosos, los chismosos, la gente autoritaria, psicópatas, orgullosos, culpabilizadores o mete-culpas, en definitiva, a personas equivocadas, “gente tóxica”, que permanentemente evalúan qué dijiste, qué hiciste y por qué lo hiciste o porqué no lo hiciste o dijiste. Es importante, por tanto, saber cómo identificar y tratar a las personas que te complican la vida para relacionarte sanamente.
El propósito de tu vida es sólo tuyo y es a ti a quién corresponde diseñarlo y desafiarte cada día a lograr tus metas, sueños y anhelos y no valorar cada una de las palabras, desprecios y despropósitos de las “personas tóxicas”. Se libre de sus “dardos envenenados” y no permitas que te digan que “no puedes”.
Avanza con más fuerza, demuéstrate cuánto vales y camina en la dirección de tus sueños y deja espacio para todo lo bueno y positivo que está por venir. No idealices, no retrocedas, líbrate de culpas falsas y ajenas y confía en ti mismo.¡ PUEDES! Aprende a negociar y a velar por tus derechos y recordar que las “personas tóxicas” desprecian la visión del ser humano como seres integrales y autónomos.
¿Cuáles son los rasgos comunes de las personas tóxicas?
Llegados a este punto, seguro que ya habrás identificado o recordado a alguien de tu entorno que podrías considerar una “persona tóxica”, pues bien, por si te quedan algunas dudas, te indicaré que todas ellas comparten una serie de rasgos comunes como son:
- Son egocéntricas: continuamente y en exceso hablan de sí mismas olvidándose de quiénes tienen a su alrededor alimentando así consciente o inconscientemente su ego tan necesitado de hacer acto de presencia.
- Son y tienen una visión pesimista: los reconocerás fácilmente por un discurso construido a base de quejas, pesimismo y criticas continuas. Son incapaces de ver “luz al final del túnel” y expertos en sacar el lado oscuro a todo lo que los cuentes o propongas. Pueden llegar a ser obsesivos e intentar macharte continuamente.
- Adoptan el rol de víctimas: pretenden ser el centro de atención de manera constante y no pasar desapercibidos. El drama es su vida. Su manera de conseguir amor es a través del “pobrecito de mí.
- Son envidiosos y no se alegran de los éxitos y logros de los demás: se alimentan de vampirizar tus emociones, sentimientos y tu vida. No se alegran de tus logros ni te creen merecedor de ellos. Adoptan una actitud celosa y soberbia proyectándote todas sus inseguridades y frustraciones. Viven siempre pendiente de su propia carencia.
- No tienen consciencia de sí mismas: lo que no les permite analizar las situaciones que generan ellos mismos o las que se dan en su entorno y consideran que el mundo está en su contra. No controlan, por tanto, su propia existencia ni gozan de una sana conciencia adoptando así actitudes dañinas con las personas de su alrededor generándoles así un posible daño.
- Son infelices: al vivir bajo actitudes tóxicas no son felices y su propia forma de pensar los impide vivir en propia armonía y paz con los demás y consigo mismos. No toman responsabilidad de cómo quieren y desear vivir y, en consecuencia, no emplean los recursos necesarios para modificar dichas actitudes nocivas y gozar de felicidad en sus vidas.
¿Cómo me alejo de las “personas tóxicas”?
En algún momento de tu vida te habrás planteado qué puedes hacer para librarte de estas personas equivocadas o, si no, es el momento ahora de hacerlo y, para ello, debes saber que puedes, tú tienes la llave, por tanto, te propongo en este camino las siguientes pautas:
-Fortalece tu autoestima y apreciarte a ti mismo, ya que, de lo contrario serás el “suministro perfecto” para estas personas que alimentan e inflan su ego de menospreciarte y hacerte sentir culpable y minusvalorado. No puedes complacer a todo el mundo.
-Adopta tu lugar y evita preguntarte qué hiciste mal para lograr hacerla enfadar. No todo es tu culpa. Para las personas tóxicas culparte es su mantra preferido. Analiza si esto es realmente verdad, prueba de poner límites si es necesario para no entrar en su juego.
“Tú mismo, así como cualquier otro en el universo entero, mereces tu amor y afecto.”
-Buda-
-Toma distancia y no pidas permiso para alejarte de ellas. Son personas nocivas. No dejes que te vampiricen tus emociones y, en definitiva, tu vida. A veces, es necesario alejarte de aquello que no te hace bien. Aprender a soltar lo que ya no nos nutre en nuestra vida.
-No dependas de la alabanza ajena a fin de valorarte a ti mismo ni te compares todo el tiempo con los demás. Nadie puede valorarte mejor que tú mismo. Confía en ti, y en tus posibilidades. Tienes muchas.
-Observa tus pensamientos y sentimientos en el presente y aceptarlos como son, sin juicio. Si en vez de dejarte juzgar por los demás y juzgarte a ti mismo aceptas tus pensamientos, estos se calman.
-Confía en tu instinto, en tus propias decisiones y percepciones. Tú eres el capitán de tu vida. Si escuchas tu voz interior, será más fácil averiguar qué es lo que necesitas en cada momento y no esperarás que los demás te lo digan.
-Ámate sobre todas las cosas y cultiva tu amor propio. Para estar bien con tu entorno, primero tienes que estar bien contigo mismo. Eres un todo y una persona valiosa merecedora de respeto y amor.
“Soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma”
-William Ernest Henley-
Saber relacionarte sanamente sin dependencias es tan importante como quererte y valorarte positivamente puesto que son las llaves que te conducirán a establecer un vínculo positivo y de calidad contigo mismo y con tu entorno. Para alejar a las personas tóxicas de tu vida, tienes que valorarte, poner límites a lo que te hace mal, y rodearte de personas que nutran tu corazón. Esas personas son las que sí valen la pena, la primera persona que importa eres tú.
Artículo escrito para el blog Psicoemocionat por Gema Huerta López-Lillo.