Cuando algo te molesta de otra persona, puede ser que tenga que ver directamente contigo.Sí has leído bien. Como si se tratara de un espejo es un reflejo de un aspecto de ti mismo del que no eres consciente porque lo ves en otras personas.
Por eso, lo que te molesta de los demás tiene que ver más contigo que con el otro. Es decir, que se trata de un aspecto en ti mismo que tienes la oportunidad de revisar y cambiar, algo que puedes resolver para que te deje de molestar. Por ejemplo, si alguien te dice que “eres tonto” si tú no te crees tonto no te afectará. Por el contrario, si te dice que “eres feo” y tú consideras que tiene razón, ese comentario te va a doler y no porque el otro sea cruel, sino porque tú también tienes esa creencia y aun no te has aceptado.
“Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo.” -Buda –
Aprendes y repites tu comportamiento de forma inconsciente
De niños aprendemos por observación y repetición. Seguro que recuerdas que cuando eras pequeño tu padre o tu madre hacia algo que tú detestabas y ahora si lo piensas probablemente también lo haces en la actualidad.
Imagina que tu madre es una persona que se queja por todo y a ti te molesta cuando se comporta así, pero tú luego repites ese comportamiento, ya que has aprendido a hacerlo.
Puede ser que te moleste sintiendo rabia o envidia que tu pareja pase tiempo con su padre porque el tuyo nunca ha tenido esa inquietud contigo, entonces te molesta la ausencia de eso en tu vida…
En realidad, tiene bastante sentido lo que te comento, ¿porque si no deberían molestarte acciones de otra persona si no tuvieran que ver contigo?
¿De dónde viene este comportamiento?
En psicología llamamos a este hecho que explicamos: proyección. Eso ocurre cuando el paciente atribuye a otra persona unos sentimientos, pensamientos o impulsos propios que le resultan inaceptables.
Es un mecanismo que utilizamos para no hacernos cargo de esos aspectos que negamos como propios y que juegan en nuestra contra al trasladarlos al otro y nos impide mejorar, ya que si lo trasladamos al otro es más fácil que sintamos rabia.
¿Hacemos una prueba?
- Intenta pensar en el comportamiento de alguien que te molesta.
Por ejemplo, estoy enfadada con mi marido porque es un vago, no me ayuda con las tareas de casa y todo lo tengo que hacer yo…
- Ahora, habla desde el yo, de esta manera:
Soy una vaga, no hago las tareas de la casa…
- Piensa en alguna situación de tu vida que creas que eres una persona vaga…
Quizás te dices eso cuando no vas al gimnasio en una semana, cuando tienes que levantarte pronto para ir a trabajar…
Lo que te incomoda es lo que tu no te permites o haces en exceso
Igual esto te ayuda un poco más a verlo…te suena esta frase en medio de una discusión familiar: “Si sigues pegando a tus compañeros, te voy a dar una colleja”. El padre acusa al hijo de un comportamiento que él está teniendo, es decir se está molestando por algo del otro que tiene que ver consigo mismo.
Esto no solo ocurre cuando te molesta algún defecto de otra persona, sucede lo mismo cuando admiras a alguien o cuando quieres ayudarle. Seguramente cuando te involucras en ayudar a otra persona, es una forma de ayudarte a ti mismo.
¿Cómo puedes aceptar lo que te molesta?
- Aceptándote a ti mismo, sobre todo aquello de ti que ya no puedas mejorar. Si tienes la oportunidad de cambiarlo, hazlo y si no acéptalo.
- Sin juzgar a los demás, debes intentar aceptar que no sois iguales. Puede ser que para una misma acción ambos sigáis recorridos diferentes, pero es importante tolerar la diferencia.
- Conectando contigo mismo, pensando qué es aquello que estás rechazando del otro para saber el aspecto en ti que te desagrada.
- Sin interpretar ni suponer, antes de distorsionar la relación que tienes con otra persona es importante que puedas dialogar en vez de suponer.
- Realizando actividades de meditación, son útiles para que tengas ese momento contigo mismo y puedas diferenciar lo que forma parte de ti según lo que te molesta del otro.
- Atrévete a mostrar cómo eres, todos tenemos defectos y virtudes. Tanto lo problemático como lo que valoras en el otro es lo que reconoces en ti. No tengas miedo a cambiar lo que no te gusta de ti y aceptar quién eres.
“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.” -Carl Jung –
Espero que te hayas podido dar cuenta y tomar conciencia de lo que te venía diciendo al inicio. Aquello que te molesta del otro tiene que ver contigo. Pasa tanto con aspectos positivos y también negativos. Ya que, ambos hablan de tu aceptación y tus valores. Lo que más rechazas es lo que más tienes que trabajar sobre ti mismo.
¿A qué esperas para revisar tus luces y tus sombras? Una buena psicoterapia te puede ayudar a ver qué aspectos son tuyos y cuáles del otro.