¿Eres un camaléon social? Te cuesta mostrarte tal y cómo eres por miedo al rechazo? A muchas personas nos cuesta ser auténticos, mostrarnos tal como somos. Por miedo a lo que dirán, miedo a que no te quieran, miedo a defraudar, miedo a no encajar, miedo a no destacar y tantos otros. Es más fácil aparentar, fingir que somos alguien que no somos para que nos quieran. Así de fácil y así de complejo. El problema de ponernos una máscara o un disfraz es que al final nos podemos creer tanto esa máscara que acabamos siendo ese personaje que nos hemos creado de nosotros en vez de nuestro yo real.
¿Y cuál es el problema de fingir ser alguien que no somos? Vamos cargando una mochila emocional que cada vez pesa más sobre nuestras espaldas que nos hace olvidarnos de nosotros mismos y centrarnos solamente en los otros.
«Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser. «- Jean Paul Sartre-
Ser un camaleón social
Los camaleones se adaptan y cambian de color según el ambiente en el que están. Eso hace que puedan sobrevivir durante más tiempo ya que se mimetizan con el ambiente.
Si lo traspasamos a las personas, está bien ser flexible y adaptarnos a los cambios. Siempre que no nos olvidemos de nuestras propias necesidades y de nuestros propias emociones. Porque si no podemos ser falsos y maestros de causar buena impresión.
Para ser vistos vamos a anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Por la necesidad de gustar vamos a pisarnos a nosotros mismos e ir variando nuestra imagen u opiniones para sentirnos apreciados, aceptados o queridos por los demás.
¿Cuál es el precio de ser un camaleón social?
Nuestras relaciones pueden ser más superficiales e inestables. Podemos creernos tanto nuestros personajes que puede ser que ya no sepamos quienes somos realmente. En función de con quién estamos nos podemos transformar y esto a la larga es muy agotador. Estar fingiendo ser lo que uno no es. O estar intentando mantener una imagen que en realidad no somos. El precio de ser un camaleón social es que no vamos a poder disfrutar de las pequeñas cosas. Ni tampoco de las grandes.
Porque vamos a intentar controlar todo a nuestro alrededor y a todos. Y lo más duro de todo es que incluso a nivel social ser un camaleón está bien visto. Entonces no vamos a poder dejar de hacerlo, porque cada vez que intentamos ser auténticos nadie nos va a decir lo bien que lo hacemos. O lo fantásticos que somos.
¿Entonces es posible ser auténtico y mostrarme tal como soy?
La respuesta es sí. Es posible no ser un camaleón social. Es posible disfrutar de las pequeñas y grandes cosas de la vida. Es posible sentirse libre y cómodo con quien uno es. Es posible mostrarnos tal como somos y sentirnos tranquilos con nosotros mismos y con los demás. ¿Cómo lo hacemos?
1. El primer paso es ser consciente de que somos camaleones sociales. Si no nos damos cuenta, no podremos dejar de ponernos disfraces de colores en función de en qué situación estamos.
2. El segundo paso trata de ser conscientes de cuando nos ponemos un disfraz u otro y sobretodo para qué lo hacemos ( para que nos reconozcan, para que nos quieran, para sentirnos incluidos… )
3. El tercer paso una vez sabemos para qué lo hacemos es empezar a darnos ese reconocimiento nosotros mismos. Así podemos dejar de buscarlo fuera de nosotros.
4. El cuarto paso dura toda la vida. Tiene que ver con mostrarnos tal y cómo somos aún arriesgo que no nos digan qué bien lo hacemos, o qué buenos somos. Y aún así ser auténticos. Porque esta es una buena via para mostrar al mundo que tal y como somos también merecemos ser amados y queridos por nosotros mismos y por los demás.
La clave por tanto para mostrarnos tal y como somos es, dejar de ponernos máscaras, atreverse a reconocer nuestras necesidades y explorar zonas poco conocidas. Si dejamos de ser camaleones, no hay palmadita social pero hay mayor disfrute en nuestra vida y mayor capacidad para estar tranquilos y coherentes con nosotros mismos.
¿Qué más podemos pedir?