Hace poco vi el vídeo de Aimee Mullins, una mujer que perdió sus dos piernas con solo un año de edad, debido a una enfermedad. Éste hecho, no le impidió convertirse en atleta, modelo y actriz además de ofrecer charlas motivacionales en el Pentágono desde muy joven. Aimee Mulins es un ejemplo de superación y de resiliencia, entendida como, la capacidad de sobreponerse a las adversidades y de salir fortalecido o transformado de la experiencia. Todas las personas podemos ser resilientes, es un proceso que puede ser promovido y enseñado. Cuando nos encontramos en situaciones que parecen no tener salida, la resiliencia nos invita a encontrar nuevas posibilidades.
La palabra resiliencia viene del latín resilio, que quiere decir: volver atrás, saltar hacia atrás, o resurgir. El concepto de resiliencia, no es un término nuevo sino que, viene de la física y la metalúrgia y se refiere a la capacidad de los metales de resistir un impacto y recuperar su estructura original. También se usa en medicina, donde expresa la capacidad de los huesos de crecer en la dirección correcta después de una fractura. Mucho después el concepto se ha extrapolado a la psicología, donde se ha utilizado el significado etimológico original, avanzar, resurgir después de haber padecido una situación de trauma.
Resiliencia NO quiere decir, ser superhéroes, al revés, quiere decir, reconocer que somos seres imperfectos, vulnerables y limitados. La resiliencia es un proceso, no una respuesta inmediata después de un hecho traumático. Seguramente Aimee, tardó unos años en darse cuenta, de que si se lo proponía, podía correr, igual que el resto de sus compañeros, que ser diferente no le impedía, conseguir sus sueños.
Ser resiliente, NO quiere decir ser invulnerable, ni aprender a resistir, sino que quiere decir aprender a vivir con lo que la vida te va presentando. Aceptar el trauma, pasa por enfrentarse a él. Si nos enfrentamos a la situación adversa, nos estamos también adaptando de alguna manera a otra a la situación. Una buena adaptación pasa por adaptarnos a nivel biológico y físico, donde nos permita sobrevivir a la agresión o amenaza. Adaptación a nivel individual, dándonos la posibilidad de encontrar un bienestar propio, y por último una adaptación social, donde podamos contribuir al bienestar ajeno.
Aimee Mullins, ha conseguido los tres tipos de adaptación. A nivel biológico, consiguió sobrevivir a la enfermedad, y consiguió volver a andar a pesar de tener sus dos piernas amputadas. A nivel individual, ha conseguido sentirse realizada, como atleta, modelo y actriz, y a nivel social, a través de sus charlas, de superación inspira a mucha gente a conseguir lo que se propone.
El futuro no es un regalo, es una conquista
Somos seres creadores, podemos elegir con qué mirada elegimos ver lo que la vida nos va presentando. Podemos buscar beneficios escondidos en la adversidad, tenemos la capacidad de caer, y de volver a levantarnos, igual que el Ave Fénix, resurgía de sus cenizas, nosotros podemos resurgir de una experiencia adversa. Como dice Aimee Mullins, no se trata de superar la adversidad, sino de abrirse a ella, abrazarla y de esa forma quizás podremos danzar con ella.Recordad: Las personas no pueden no cambiar, hemos nacido para cambiar.
Os dejo en pantalla el vídeo que ví de Aimee Mullins: Es injusto tener 12 pares de piernas. y también os dejo el link de otra charla que dió: La oportunidad que brinda la adversidad. Parte 1 y Parte 2.
También os recomiendo el libro de Anna Forés y Jordi Grané para ampliar conceptos sobre la resiliencia.